Una Brillante Ave Humanoide

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Narrador.

Caminar por un bosque tan desolado y con arboles secos ,que a cualquiera le da mala espina es realmente el peor de sus locuras. Jamás volvería a hacer lo que acababa de pasar cuando toco la entrada de ese laberinto oscuro. Estaba seguro de que encontraría algo útil por allí que no fuera su presencia que se agotaba del alentador frío, y como si fuera arte del propio bosque todo los demás no contenía vida alguna.

- Me voy de este lugar.

Él nunca dijo que le asustaban los fantasmas , esos seres que eran transparentes no se le iban a aparecer de la nada y matarlo en un dos por tres ¡Claro que no! Su posición era lo suficientemente defensiva o expliquemos que no llegaba a ser tan exagerada como se veía, su alerta alcanzaba los porcentajes al máximo para no descuidarse en su ataque.
"Tranquilo, no aparecerá nada .Falta mucho para salir de este lugar"

Y como si lo invocara él mismo, se escuchó un ruido a unos cuatro metros de su radio de visión.

Lo primero fue desenvainar la katana e introducirla en su objetivo causándole un quejido de dolor que fue demasiado agudo para sus oídos que lo dejó desconcertado. Lo que pasó por su mente fue lo siguiente:
"¿Que es esto?""¿Lo he matado?" "¿Esta brillando?"

- ¡AHHH! ¡ESO DUELE! - El pequeño ser se retorcía en el escondite agarrando su herida.

El ambiente era oscuridad total y con tan solo mover el arbusto en el que se escondía el supuesto fantasma. Destelló una luz que fue capaz de iluminar todo el lugar, sus ojos azules tenían un brillo por el asombro de ver a una persona con alas en toda su vida. Ese niño de refinada piel blanquecina con ojos celestes, vestimenta blanca con detalles de nubes azules además de estar descalzo ,lo que más le llamaba la atención era su cabellera plateada. Oh y también los ojos que todavía lanzaban lágrimas.

- ¿Un Demonio Blanco?

- ¿Eres retrasada o que? ¡Yo no soy ningún demonio! ¡Espero que me observe bien Señora!- Espetó furioso por el acto anterior- Me heriste un ala - Susurró.

- >> Tsk ¿¡A QUIEN LE DICES SEÑORA!? - Puede que sea una clase de ave humanoide que no haya visto , pero quería irse porque la paciencia le colmaba la cabeza <<

- ¡E-Espera! ¿Planeas dejarme aquí? Me has lastimado ¡deberías cargarme!- "Aquel chico no paraba de protestar"- No ¡No te vayas! P-Por aquí es muy solo, puede que no sea un demonio pero me están siguiendo- "Puras excusas"- ¡M-Me desangro de un ala y no puedo volar! Al menos ayúdame a regresar a casa y seremos capaces de salir de aquí .

- Vale.

El bosque se había vuelto más oscuro de lo normal dando a entender de que estaba de noche, las sombras de los árboles daban un aire terrorífico con el ambiente a baja temperatura. Hijikata se acercó al niño que le miraba un poco preocupado sin dejar de mostrar una sonrisa y logró tomarlo suavemente de las caderas para levantarle. Su primera impresión fue que era tan liviano como una pluma. El albino funcionaba de foco para caminar en la oscuridad diciéndole donde tenía que seguir. Poco a poco se sentían unas pisadas detrás de ellos al asecho, Hijikata preguntó si podría derrotarlo con su arma que tenía en mano lista para ser desenfundada, pero el oji-celeste dijo que eso sería imposible ya que las armas que no han sido exorcizadas no hacían daño, se escuchó un suspiro por parte de ambos y caminaron por el sendero.

"Este crío ¿como puede dormirse en esta situación?"

Una pequeña luz al fondo del camino se hizo visible, la expresión de tranquilidad del peliverde al atravesarla fue observada en disimulo por el menor, quien en sus ojos azules no paraba de mirar fervientemente. Desde que entró a aquel bosque sus pensamientos eran la pura imagen de ese hombre chico de cabello largo, sus ojos azul marino eran lo que le tenían embobado de pies a cabeza.

El Ángel que pude Encontrar //GinHiji//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora