Epílogo

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En la horas de la tarde, Gintoki y Hijikata compartían un poco de su tiempo a las afueras de la habitación del cuarto correspondiente del sub comandante. La tensión no fue tanta en cuando el peliverde cerraba los ojos fumando de su cigarrillo para preguntarle al otro por curiosidad el estado de su vida...

— Todo bien...Solo que a veces no puedo controlarme a algunos arranques de dulces y esas cosas — se ríe — pero, lo que siento en este momento es tranquilidad ¿sabes?

Toushirou no supo el momento en el que rozó la mano izquierda con la contraria, haciendo que ambos se entrelazaran entre si. El albino sonrió un poco en cuanto sintió el pequeño rubor en las mejillas de su pareja que trataba de desviar la mirada; Pronto preguntó si se encontraba bien de su salud por las cosas pasadas anteriormente.

— Tengo que echarte la culpa... Me sorprende que esto tenga que ocurrir...— dijo el moreno un poco avergonzado, haciendo recordar el sueño que tuvo sobre una pequeña hermosa niña de cabello blanco y característica sonrisa mientras jugaba a las atrapadas. El samurái se levantó del regazo con suavidad para luego abrazarlo por detrás con la idea de dedicarle un par de besos en la mejilla, sintiéndose el ambiente un poco romántico.

— Es que se me olvidó decirte ese pequeño detalle, estaba tan emocionado por saber que estaríamos juntos que accidentalmente nació el hermoso ser que escondes. — Sus palabras querían sonar discretas, pero para los oídos del vice-comandante eso estaba más descubierto que cactus en un desierto.

— Solo cállate...— ocultó su rostro en su mano derecha, luego decidió levantarse dejando a Gintoki afuera para dejar el cigarrillo terminado en el cenicero .Sintiendo en unos minutos unos brazos que lo sujetaban — ¿Que haces? Tengo que salir .

— No lo puedes hacer ¿sabes que tu estado es delicado? — su voz denotaba preocupación para sentarse en un almohadón de una esquina y seguir hablando — El bebe no soportaría el trabajo duro, y menos tu cuerpo...

—¡Demonios! Eres un imbécil — su cara adoptaba una fuerte aura diabólica — ¡es como si fuera una chica cualquiera que le fue arruinada su vida después de cometer un gran error!—En ese momento, Hijikata tuvo el pensamiento rápido de recordar que el peliblanco le había dicho algo en particular:”La divinidad de los ángeles puede procrear cualquier individuo, ya sea de un humano o animal”— Me siento tan mal que no se si podre sobrevivir a esto...

El peliplata mira un poco triste a su pareja. El chico policía no hace más que sentarse en su escritorio a revisar unos trabajos para irse a acostar en un futon, la mirada carmesí solo se deleitaba de que la posición de su amado era de espalda para no tener contacto visual. Su rostro adoptó una pequeña sonrisa sabiendo que estaba molesto con él, por lo que se levantó del cojín para sentarse a su lado.

— Hijikata-kun ¿de verdad te molesta tanto tener un bebé?

—...

— Puedo saber con certeza que será una niña -

— Me siento humillado, ni siquiera sabia que los hombres concebían...— no le importó interrumpir al chico samurái, hijikata seguía con darle la espalda.

— Te quieres dormir ¿no? Aquí estoy yo para que duermas en mis brazos .

A cabo de unos minutos, lentamente fue a abrazar el regazo de Gintoki un poco ruborizado. Teniendo problemas como esos, alegraba no tener casi por completo los síntomas del embarazo; y se quedó dormido en las “cómodas” piernas del albino cuando le oyó decir un: — “Puedo aceptar la culpa si te lo propones, si quieres yo me quedo con la niña y te dejo vivir en paz”—en esa frase, su voz se sintió suave y serena, sin ninguna pizca de molestia o rencor, después pudo sentir un beso en su mejilla.

El Ángel que pude Encontrar //GinHiji//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora