IV.

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Y cuando finalmente ella se despidió de él, separó las pastillas y las ingirió, esperando a que hagan efecto. Ambos estaban tristes, pero felices al mismo tiempo. La chica dejaría de sufrir al fin.

Antes de los 30 minutos de que las pastillas hicieran lo suyo, la chica con debilidad tomó su teléfono, y le prometió a su amante...

"Te estaré viendo.. ¡Como una estrella! ... Te amo."

Y finalmente, cerró los ojos, abrazando su teléfono, abrazando a la única persona que quedaba para darle apoyo, aunque este se encuentre a kilómetros de ella.

Y cuando pasó la noche, la cual se hizo larga y robó las lágrimas de ambos, el chico despertó. Más temprano de lo usual, se limitó a ver el techo, recordó la noche anterior y lloró, "Es mi culpa, la dejé hacerlo", " ¿Qué más pude haber hecho?", "Tal vez sigue viva.."

Millones de ideas cruzaban su cabeza, ¿Estuvo del todo mal? Haber dejado que la chica finalmente dejara de sufrir y cargar con el dolor que llevaba para su corta edad, ¿Era lo correcto? De todas formas, sus esfuerzos eran inútiles, ¿y qué si vivía? Cargaría con el mismo sufrimiento, y el chico tendría que darlo todo de si otro día más para salvar a la chica y prolongar su vida hasta que vuelva a explotar, cosa que ocurriría en menos de 24 horas, todo para repetir el proceso al día siguiente, una rutina que lo mataba internamente

Sollozando, casi gritando, si no fuera por quienes dormían a pocos metros de su cuarto.. pero entonces, el chico recordó las últimas palabras que la chica le mencionó.

"Como una estrella.."

Y salió corriendo, buscando la estrella más brillante, más grande y hermosa en el cielo oscuro, casi iluminado por el amanecer.

Y allí la vio. Dulce, tierna estrella. Parpadeando, llamando su atención con una luz que enceguecía a las otras estrellas que se amontonaban cerca de ella.

Cuando la notó, sus sollozos pasaron a ser un llanto descontrolado, las lágrimas caían de sus ojos y se rompían en el suelo, luego de deslizarse de sus mejillas.

Miró otra vez a su estrella y le susurró

"Te amo.."

Entró de nuevo en su cuarto, se desahogó con su almohada, y finalmente se durmió.

Esa noche, soñé conmigo y ella, danzando entre las estrellas. Y cuando desperté otra vez.

Volví a llorar.

The Old OnesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora