Los días de vacaciones en Irsao

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Leonardo un joven que jugaba basquetbol realizaba un viaje; por el momento no quería saber nada de básquet estaba tan triste por la derrota que tuvo contra su rival Luis Gamarra, su padre al observar el estado de animo de Leonardo lo había enviado con su tío a la ciudad de Irsao.

Ya en el lugar los primeros días lo paso muy aburrido pero al tercer día encontró un balón de básquet, en la parte trasera de la casa, el cual lo agarro entre sus manos y decidió guardarlo. Su tío observo muy curioso el hecho.

Esa noche su tío tenía la visita de un amigo para cenar en su casa, resulto que el cierto hombre era un vecino de la zona, oriundo de esta ciudad; era un basquetbolista de renombre de la selección de basquetbol profesional y actualmente se desarrollaba como jugador de elite de un equipo de primera división. El joven Leonardo quedo impresionado, cuando le contó que en su juventud él también había perdido contra un gran rival, pero cuando volvieron a enfrentarse esta vez el resulto victorioso.

Leonardo impresionado le pidió que le entrenara en basquetbol en estos dos meses que Leonardo pasaría en Irsao.

El Irsaoriano acepto por petición de si tío; el entrenamiento fue increíblemente exigido, por las mañanas Leonardo entrenaba con jugadores de su edad bajo la dirigencia del Irsaoriano y por la tarde el mismo jugador Irsaoriano lo entrenaba, además que debía cumplir con un duro régimen alimenticio mediterráneo.

Así pasaron los días y cuando ya era mitad del segundo mes, el basquetbolista Irsaoriano le dio un entrenamiento más duro pero esta vez con la ayuda del equipo profesional en el que jugaba y las diferencias eran totalmente abismales, pero para Leonardo no le importaba con tal de volver a enfrentarse y ganar a Luis lo valía.

Así pasaron los días hasta que en el último, Leonardo jugo en un partido de práctica con el equipo profesional y el Irsaoriano vio el progreso de Leonardo jugando como si fuera un profesional aunque con algunas fallas menores, pero que se podrían corregir en el futuro.

El día del viaje de vuelta a su país Leonardo había ganado amigos, los cuales fueron hasta terminal a despedirse junto a su tío. El jugador Irsaoriano lo despidió aconsejando a Leonardo que no descuidaría el reposo, alimentación y el entrenamiento que aprendió en su estadía en Irsao. ─ Si lo haré ─ dijo Leonardo con lágrimas en los ojos al despedirse de todos.

Queridos amigos aquí les traigo una pequeña historia de uno de los antagonistas de mi novela "Luis basquet y su otro yo" (ojo no quiero decir un villano solo un rival), que muy pronto publicare, pero por el momento sigo revisando todos los errores ortográficos y gramaticales de esta obra.

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