Ojos ciegos

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Cristales de oro

y hojas de otoño.

En un día de insomnio, 

el sol iluminaba su rostro.


Ella era bella y hermosa,

como de un rosal,

una roja rosa. 

Un genio un día  

se le presentó 

y al principio, 

de él se asustó. 

Sin embargo, 

tres deseos le prometió.


En primer lugar comenzó a pensar,

y después empezó  a hablar:

"Deseo, deseo,

un día de invierno".

El genio sus dedos chasqueó,

y del cielo nieve cayó. 

El paisaje de nieve se cubrió,

y los árboles congeló.


La muchacha sonrió,

y su segundo deseo pidió: 

"Deseo, deseo,

recorrer el mundo entero".

El genio de nuevo chasqueó,

y la chica a su espalda se subió.

Juntos el mundo recorrieron,

y hasta medianoche los os estuvieron.


Y después al genio pidió:

"Deseo ser hermosa".

El genio chasqueó,

y un inmenso espejo 

de sus manos salió.

La muchacha se acercó 

 y su rostro se reflejó. 

Reflexionó y reflexionó, 

y por fin entendió: 

" Se sentirá tan bella,

como ella quiera".

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