Llega Septiembre y comenzamos a prepararnos para la celebración de Mabon que tiene lugar desde el 21 de Septiembre hasta el 29. Los rituales se realizan principalmente el día del equinoccio de otoño, el 22 de Septiembre.
Este sabbat también es llamado la "última cosecha", pues aunque la cosecha comenzó a recogerse en Lughnassadh, es en Mabon donde se completa, y se agradece por lo recogido, pidiendo una buena cosecha para el próximo año. Es tiempo de descansar luego de la ardua tarea. Es momento de mirar hacia atrás, reflexionando sobre los esfuerzos del pasado y alegrándonos por un trabajo bien hecho. Junto con la cosecha juntamos las semillas que contienen la promesa de la nueva vida en primavera; es el misterio de la vida en la muerte.
En las estaciones de la Diosa es la etapa de reposo luego del trabajo duro del verano, mientras su embarazo avanza.
A partir de Mabón, el Dios de la luz es vencido por su gemelo, el dios de la oscuridad; es el momento en que la noche conquista al día. Mientras se mueve la rueda del año, nos preparamos para un funeral. El Dios, quien nació de la diosa en Yule pasado, es ahora un hombre maduro, todavía fuerte en su intelecto pero atrapado en un cuerpo que se debilita. Sabe que va a morir en Samhain y mira con nostalgia su vida pasada. Se prepara para dejar su cuerpo físico y comenzar la gran aventura en el mundo de lo no visto hacia la renovación y renacimiento. La diosa se compadece del sol que se debilita aunque el fuego de su propio ser quema dentro de su vientre, esperando renacer en Yule.
Por eso nosotros también recordamos y sabemos que todo debe terminar, para luego renacer.RITUAL DE MABON
Antes del ritual, da una caminata por un bosque, jardín o parque y recolecta unas cuantas hojas secas que te servirán para el ritual de este día, las depositarás en una canasta y la colocarás en el altar.
• Consagra el circulo e invoca a las deidades con el pentáculo• Toma la canasta y camina alrededor del círculo esparciendo las hojas mientras dices:
Las hojas caen, los días se enfrían
La Diosa tira su manto de tierra, alrededor de ella,
Mientras tú, Oh gran Dios del sol navegas hacia el Oeste,
A las tierras del descanso eterno
Envuelto en la frescura de la noche
Las frutas maduran, las semillas caen,
Las horas del día y la noche están equilibradas.
Vientos fríos soplan desde el Norte gimiente.
En esta aparente extinción del poder de la naturaleza,
Oh bendita Diosa, sé que la vida continúa.
Porque la primera es imposible sin la segunda cosecha,
Al igual que la vida es imposible sin la muerte.
Bendiciones sobre ti, Oh Dios caído mientras viajas
A las tierras del invierno y a los amorosos brazos de la Diosa.* Regresa al altar y deja la cesta, levanta los brazos y di:
Oh bendita diosa de toda fertilidad,
He sembrado y cosechado los frutos de mis acciones, buenas y malas.
Dame el valor para sembrar semillas de alegría y amor
En el año venidero, desterrando la miseria y el odio.
Enséñame los secretos de la existencia sabia sobre este planeta
¡oh luminosa de la noche!* Siéntate y medita acerca del envejecimiento y la muerte, necesarios para el renacimiento.
Continúa con el banquete (comida y bebida). En esta ocasión al consumir los alimentos y la bebida dices:
• Le doy gracias a los Dioses por esta señal de una cosecha placentera, Así como disfruto de los frutos de mi trabajo, la cosecha de nuestra vida, que nunca nos olvidemos de aquellos que no son afortunados.
Después de hacerlo, despide a las deidades, regresa al círculo para desinvocarlo, en el sentido contrario a las agujas del reloj despide a los elementos naturales que estuvieron presentes y dibuja con el athame imaginariamente el pentáculo de destierro.