Iluminada al fin la plata
los hilos encienden su llama,
suspiran las suaves cortinas
remueven la rosa rojiza.
Luciérnagas la sala llenan
brillando como las estrellas
activan la rosa de piedra
que hace que mi reloj se encienda.
Felices playas se avecinan
con olas de aguas cristalinas.
A los pies tierras pasajeras
¡Me encantaría ser como ellas!
Pero las luces y el color
que inundaban mi habitación
fueron por las nubes robados
cuando el metal hubo sonado.
Ni las puras blancas palomas
pudieron parar esas sombras.
Tornaron sus plumas oscuras,
y otra vez, ganó la negrura.
Ahora un oscuro algodón
me busca bajo el edredón,
y aunque permanezco acostado,
sé que me acabará encontrando.
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Yo, yo y yo
PoetryUna ventana. Esa es la palabra más adiente para describir esta obra. Para mi, es como un diario, un reflejo de los sentimientos que inundaban mi interior en determinados momentos de mi vida. Mi cabeza, abierta y expuesta, con inseguridades, penas, a...