Capítulo 8 [*]

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AVISO: CAPÍTULO HOT

Narra Sebastian

Yo no puedo sentir amor, pero si siento que ella se fue enojada por algo.

Solo será un poco... Será bueno para ella y mi cuerpo también lo necesita...

Me situo encima de ella y beso su cuello, percivo un leve gemido que sale de sus labios. Sonrío.

Bajo léntamente haciendo un camino de besos por todo su cuerpo, quito su toalla y la lanzo no sé a donde. Veo sus pechos y el bulto comienza a dolerme, tengo que desquitarme. Lamo ambos y los muerdo un poco. Más gemidos escapan de sus labios.

Cuando llego a su feminidad abro sus piernas, un líquido transparente recorre toda esa zona.

Me quito los guantes para tocar aquel líquido.

Mis dedos se dirigen a la zona de la cual sale todo aquel apetecible jugo.

Al tocar aquel caliente sitio más líquido sale, instintívamente empujo dos de mis dedos en esa estrecha cavidad. Está caliente y pegajosa. Tanto que podría derretirme.

Muevo mis dedos en busca del lugar por el cual ese líquido aparece. Llevo varios minutos así, sigo buscando.

Miro detenídamente, más arriba del lugar donde tengo mis dedos se encuentra una pequeña bolita que parece palpitar cada vez que muevo mis dedos.

Con mi otra mano toco esa parte y al hacerlo las paredes de su vagina se cierran sobre mis dedos. Esa presión me gusta, toco brúscamente ese lugar, me gusta lo que pueden provocar tan simples movimientos en su cuerpo.

Muevo mis dedos más rápido y de repente.

Yui: Uhm... Agh... — gime en sueños

Mucho líquido sale de su feminidad, siento ganas de probarlo y así lo hago, su sabor no es malo, quiero más de ella.

Me quito toda la ropa mientras su cuerpo se relaja. No sé qué acaba de pasar pero ha sido excitante. Si mal no lo recuerdo ella acaba de tener un orgasmo.

Cuando quito mis boxers mi aparato masculino sale rápidamente, nunca lo había visto así.

Según decía la revista la única manera de volverlo a su manera inicial es introduciéndolo en esa parte tan sensible.

Pongo la cabeza de mi miembro en tan caliente sitio. Y veo que es imposible, no va a entrar.

Mis ganas de hacerla mía me pueden y lo empujo brúscamente, sigue sin entrar, es demasiado estrecho.

Me ayudo con mis dos manos, las bajo y separo sus pliegues. Mientras lo hago empujo con fuerza y finalmente consigo que entre la punta.

Sentimientos prohibidos [Sebastian Michaelis]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora