mark abrió los ojos con cierta inconformidad, sus pupilas pesaban y su cuerpo aún tenía ese leve rastro de sueño que le hacía poner los ojos en blanco cada vez que alguien hablaba.
pasó sus manos por su rostro y al dejar la vista borrosa atrás, se dio cuenta de que alguien estaba frente a él, viéndolo un tanto curioso su rostro adormilado, pequeños ojos y cabello rubio un poco claro, tal vez parecido al de una barbie.
—no puedo creer que conciliarás en sueño en la misma cama donde el doctor lee y el doctor na tienen sexo todos los días.
no se dio tiempo de asimilar lo que aquel interno había dicho y dio un salto de la cama como si esta tuviera miles de alfileres picando su trasero. el interno se carcajeó cuando mark cayó al suelo, sobando su trasero adolorido con el golpe.
—¿qué estás diciendo? ¿el doctor lee? —mark no esperaba saber muchos chismes jugosos de pasillo en apenas su primer día como interno, ¿pero el doctor lee? ese hombre parecía tener menos vida amorosa que las bibliotecarias.
la primera impresión que le dio el hombre con bata y uniforme azul era de total soltero amargado que odiaba a todo y de seguro tenia al menos veinte gatos esperándolo en casa. pero para nada alguien que tenía sexo en la sala de internos... mucho menos con otro doctor. de solo pensarlo su estómago dio un giro, causándole náuseas y la peor imagen mental.
había estado teniendo muchas náuseas últimamente, pensó que de seguro eran los nervios de estar en un nuevo ambiente.
—bueno, no es seguro. —el interno se sentó en una silla plegable que estaba por ahí. —pero eso es lo que dicen todos.
—¿por qué lo dicen? —mark era curioso, y quería enterarse de todo lo que tuviera que ver con el doctor lee, después de todo estaría trabajando con él todos los días. —¿quien eres?
—hola, me llamo jisung y espero que tú no me grites como lo hacen todos en este maldito hospital.—estiró su mano para saludar a mark. jisung era simpático y probablemente podrían ser amigos en el hospital ya que con aquel doctor que le había tocado no creía poder forjar más allá de una tensa y extraña relación amistosa. —¡soy del piso ocho!
—mi nombre es mark. —sonrió tímidamente. —y uhm, trabajo con el doctor lee en el piso seis. —vio el rostro de jisung caer en la inevitable risa, carcajeándose así en la cara de mark.
—¿cuida tu trasero! ¡ya sabes lo que dicen! —su extraña y muy pegajosa risa explotó por toda la habitación. mark no sabía a lo que se refería realmente, así que rió incómodamente.
[ . . . ]
la linda platica entablada por jisung y mark pudo haber seguido de no haber sido por un paciente que llegó por una extraña arritmia. se había desmayado en su auto, provocando un feo accidente al chocar contra un poste de luz y dos autos. mark no se hubiera asustado tanto si la tonta alarma no hubiese sonado tan fuerte como lo había hecho, dejando en un colapso auditivo a toda la sala de internos y al área de cocina y recepción. que gran día.
todo parecía indicar la próxima vista del paciente nuevo conectado a un electrocardiograma, pero el daño ni siquiera era interno, por lo que la intervención de mark y el doctor jeno en la escena se vio interrumpida por el fisioterapeuta, quien llegó lo más rápido que pudo para tratar la columna dañada.
