Mis textos no brillan como el de los poetas de hoy en día,
Sé que no merezco tal honor,
Ni tanto afecto,
Sé que la fama nunca será lo mío,
Pero,
Por eso mismo,
Agradezco a las dos o tres personas que de verdad leen mis escritos,
Que aunque repetitivos algunos,
Parece que les llega profundo,
Sienten,
Y los viven,
Los tratan,
Los concibe,
Pero,
Poco a poco,
Mis textos mueren junto a mí,
Nos hundimos,
Dejamos de existir,
De tal crueldad y brutalidad culpable es la mía alma,
Por intentar olvidar y disuadir todo lo que me delata,
Así pues,
Con o sin lectores,
Os dejo un pedacito de mí cada vez que escribo,
Que con la poca riqueza de mi idioma puedo llegaros al alma con sólo una obra.
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El diario de un poeta muerto.
PoetryQue los que jamás miraron más allá de la cuarta pared nunca molesten a los pequeños soñadores, las fantasías y aventuras que uno puede desembocar al escribir pueden ser extraordinarias, la magia que sienten al momento cuando imaginan toda clase de s...