La llegada de el celo era como un infierno alojándose en tu ser. Podías sentir como si tus entrañas se endurecían y resquebrajan cada parte de tu cuerpo al más mínimo movimiento, fuertes llamas quemando cada parte de tu piel al punto de querer desgarrar hasta la más mínima pieza de él. El sólo sentir cómo el sentido más interno de su consciencia quería romper todo lo que estuviese frente a su cuerpo y encontrar a alguien parecido al agua para calmarle le revolvía el estómago.
Pero es lo que TaeHyung siempre había querido.
—Eres un alfa, TaeHyung —había dicho su padre a la entrada de su habitación, los brazos cruzados sobre su pecho. Parecía un gran muro de hormigón, imponente por su dureza y grandeza, preparado para implantar sus límites en todo lo que resta de su vida en la cima de la pirámide jerárquica— Y debes comportarte como tal.
Sintiendo que un horno estaba rodeándolo, algunos débiles rayos de sol filtrándose por el borde de su ventana, TaeHyung sólo pudo ver bermellón colándose por la abismal oscuridad de su mirada mientras asentía con las mejillas teñidas en rojo vivo. Podía oler el dulce olor a frutas matizadas con la preocupación palpable de su madre en el piso de abajo, cegándolo en un instinto insaciable de permanencia. Se preguntó, en medio de sus delirios, si algún día un omega podría acabar con el ardor parecidos a piquetes perfilando cada centímetro de su cuerpo.
Él se preguntaba si sería un buen alfa.
Desde pequeño, siempre quiso serlo. Tenía de ejemplos a su padre y tíos, fornidos hombres con carácter fuerte y con una mentalidad senil lista para dar cualquier consejo de manera dura y así dejarlo en claro; ansiaba ser tan genial como ellos. Deseaba que la gente a su alrededor fuese con él para resguardarse o acabar con el peso de sus mentes mientras cubría el entorno con su férreo aroma para brindarles seguridad.
Anhelaba algún día ser un tipo que pudiese proteger a los demás.
Estaba consciente de la gran desigualdad social donde él pertenecía a la cima. Sabía de aquellos omegas y betas maltratados y humillados sólo por ser menores que su especie en la jerarquía de los hombres lobo, algunos siendo vistos como objetos para saciar el placer o enojo. Aún podía saborear el nauseabundo gusto en su boca cuando en las noticias salía el nuevo asesinato de un omega, los más afectados por la supuesta ley en la que vivían.
Se supone que al ser alfas deben cuidar de todos sus seres queridos porque son lo más capacitados para hacerlo según instintos y naturaleza, sobretodo a los omegas que podrían ser tu compañero en el futuro, no matarlos.
Su madre siempre le había dicho, en la oscuridad de la noche mientras tarareaba una nana, que cuando fuese un alfa, él podría ser el gran cambio si tanto deseaba que las cosas fuesen diferentes.
—No quiero que algún día te maten, mami —susurraba en ésos momentos, sosteniendo su cobija con sus pequeñas manitas mientras el cachorro en su interior lloriqueaba al pensamiento— Las cosas deben cambiar, tú eres muy importante siendo omega.
Entonces, su madre sonreía. TaeHyung aún recordaba sentir una galaxia danzando en sus ojos cuando la veía hacerlo, un aura albuguínea rodeando cada parte de las adorables arrugas en los bordes de sus ojos.
—Lo sé, amor. Pero nadie se atreve a hacerlo aún —y así, acariciaba las puntas de su cabello con cariño— Por eso, el cambio que tanto quieres, si así de verdad lo deseas, podrías empezarlo tú.
Por eso ahora adoraba ser uno.
Se juró a sí mismo que protegería a su madre y a aquellas personas que no se sintiesen capaces de defenderse a ellos mismos, un verdadero lobo dispuesto a dar la vida por su manada. Eso era lo que ser alfa para él significaba.
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Alfa descompuesto ❇ [jjk+kth]
FanficKim TaeHyung es un alfa que tiene un lobo encaprichado por que el beta Jeon JungKook le acaricie la panza. Advertencia: Omegaverse, kooktae. Estado: en emisión (actualizaciones sin fecha). Créditos de la preciosa portada a @fxllmoon_15 en twitter♡.