Jinki era un hombre de rutinas. Cada día, desde que tenía veintiséis años, se había levantado a las seis treinta de la mañana. Preparaba su café a las seis cuarenta y tres, mientras metía su pan a la tostadora. Cuando daban las siete, ya se encontraba en su habitación, habiendo desayunado ya y alistándose para ir al trabajo. Conducía tranquilamente hasta el edificio departamental en el que se encontraba su oficina, y siempre era el segundo en llegar. Jonghyun, el jefe del departamento de Marketing, siempre estaba allí para saludarle en cuanto Jinki se adentraba en el edificio. Luego de tener una charla mañanera con él, Jinki se dirigía al departamento del que él era jefe; el de Administración y Ventas.
Es por eso por lo que el día diez de marzo Jinki sintió un vacío. Había llegado a la oficina y Jonghyun no estaba ahí para saludarle y desearle un buen día, como había hecho de lunes a viernes desde hace ya tres años. Jinki sintió la ansiedad carcomer la punta de sus dedos, adentrándose en su sistema, haciéndole sentir una molesta picazón en su pecho.
Se dirigió hasta su oficina, con una mueca en sus labios y la sensación de que algo no iba bien. Esperó durante cuarenta y seis minutos, pero cuando la oficina comenzó a llenarse de empleados y Jonghyun seguía sin aparecer, Jinki ya no pudo aguantar más.
Caminó hasta la oficina del director general, sentándose en el sofá que había a un lado de su puerta. El jefe aún no llegaba, así que se resignó a esperarlo. No era como si tuviese demasiado trabajo de todas maneras.
Bueno, eso era mentira. Tenía muchos balances y estados que revisar, contabilizar y corregir, pero con la ansiedad que provocaba el constante salto de su pierna, Jinki sabía que, aunque estuviese en su escritorio, no sería nada productivo.
Comenzó a hacer sus ejercicios de respiración mientras esperaba. Si iba a hablar con el jefe, al menos debiese hacerlo estando calmado, y de paso, inventar una buena excusa de por qué era tan importante para él saber qué había pasado con Jonghyun y por qué el chico no había llegado por la mañana.
Jinki quería convencerse de que el hecho le causaba angustia solo porque Jonghyun era parte de su rutina a esas alturas, pero sabía que no era así. Jinki se sentía angustiado porque Jonghyun era un pilar en su vida. Jonghyun había visto a Jinki llegar a trabajar el día siguiente del fallecimiento de su madre, y en vez de mirarle con lástima y murmurar un "lo siento", Jonghyun se había acercado, le abrazó y le dijo que estaba orgulloso de él. Jonghyun había visto a Jinki llegar a trabajar el día siguiente de su ascenso. Se acercó a él, le abrazó y le dijo que había trabajado duro.
Habían sido tres años de acontecimientos y encuentros que Jinki simplemente no podía borrar de su mente. Aquel día, diez de marzo, Jinki se había decidido por pedirle una cita al chico que había robado cada uno de sus pensamientos desde la primera sonrisa.
Pero Jonghyun no estaba.
Justo cuando comenzaba a angustiarse de nuevo, Choi Minho apareció por la puerta. Jinki se puso de pie de inmediato, saludando a su jefe con una leve reverencia en cuanto cruzaron miradas. Vio la confusión en los ojos del chico alto, indicándole con un asentimiento de cabeza que entrara de inmediato a su oficina con él.
Jinki caminó detrás de su jefe, sentándose en una de las sillas frente a su escritorio, el nerviosismo reflejado en el insistente jugueteo de sus manos y el constante movimiento de su pierna derecha contra el suelo.
Cuando Minho le preguntó qué pasaba Jinki no pudo hacer más que escupir "Jonghyunnoestá".
Minho suspiró, murmurando con una voz calma que, por favor, Jinki repitiera lo que había dicho. Jinki asintió, concentrándose en ello, sin prestarle atención a las manos de su jefe, quien ya se encontraba escribiendo algo en un post-it.
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So Many Stories [JongYu]
FanfictionConjunto de historias cortas sin relación la una con la otra. Solo una característica en común; todas de la misma pareja, Lee Jinki y Kim Jonghyun. (SHINee)