Capítulo 3

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Suniva

—Bienvenida, señora, ¿puedo servirle algo?

Tan pronto entro por una de las puertas del club una chica que parece camarera se me acerca.

—No. —contesto cortante.

No tengo planeado estar aquí más de lo necesario. Paso rápidamente el área de stripper sin prestar atención a ninguna de las chicas o chicos que bailan a penas con ropa. Llego a la zona de la subasta y doy el nombre al enorme hombre en la puerta que tiene la lista de invitados. Tengo que dar también mi identificación y un número de confirmación. Si algo tiene Didius, es la seguridad de los que entran y no cualquiera puede.

—Cabina 5.

—Gracias. —digo con simpleza y paso de él.

Nunca he estado aquí y no comprendo muy bien la mecánica. Entro a la cabina que tiene el número 5 fuera. Desde aquí puedo ver un escenario donde entiendo que serán subastadas las personas. Tengo un tablero frente a mí.

—Didius me dijo que vendrías y no lo podía creer. —escucho una voz y me giro a ver.

—Hola, Nicolás. —contesto con simpleza.

— ¡Dios! Tu seriedad me mata, mujer. —él siempre sonríe y es tan encantador que casi puede molestarme — ¿Qué buscas?

—Solo una alternativa diferente, tal vez eso funcione, aunque... —siento la duda correr en mí.

—Ya sé, ya sé, te parece despreciable todo esto. Por eso me sorprende que tú vinieras.

—Llegué a ese punto donde pienso que si en algún sitio debe estar mi pareja, tal vez sea aquí.

—Muy interesante —veo cómo se queda pensativo y algo se ilumina en él —. Oh, espero...

— ¿Qué?

—Nada... ¿Sabes cómo se usa esto? —señala el panel.

—Ni idea.

—Vale, lo primero es prender esto —hunde un botón rojo —, así el anfitrión sabrá que la cabina está activa. Él no te puede ver. Para ofertar escribirás aquí la cantidad —apuntando los números —. Si te retiras de la puja presionas este otro botón —señala un botón azul —. Este pondrá una X en tu número y así sabrá que te eliminar de esa puja; se reinicia en la siguiente automáticamente. Si quieres puedes presionar los botones de 1.000 a 9.000 o 100 a 900 para aumentar la suma automáticamente sin tener que escribir todo el número. Ejemplo: comenzaste con 9.000 y quieres aumentar 2.000 para un total de 11.000 y no quieres escribir el número; solo presionas el de 2.000 y se hará la suma perfectamente. ¿Dudas?

—No soy idiota.

—Sí que necesitas pareja, estás hecha una vieja gruñona; esos 700 años ya te pesan.

—Eres odioso cuando quieres. —respondo irritada — ¿Este de aquí? —señalo otro botón.

—Es para pedir una bebida —lo presiona y una joven aparece rápidamente —. Tráeme un whisky y para ella...

—Ginebra.

—Para ella ginebra.

—Entonces... ¿tú cómo vas con eso de una pareja? —pregunto, nerviosa, no sé si por la pregunta o solo porque está ahí.

—Ya sabes cómo es esto... —niega con la cabeza y el rastro de una triste sonrisa se dibuja en sus labios —Oh, los tragos. Bueno, te dejo, tengo que trabajar, ya casi comienza todo.

—Aún siento un impulso de quemar todo.

—Vamos, sabes que todos aceptan voluntariamente.

—Eso no lo hace mejor —mis dientes se aprietan —. No sé qué diablos hago aquí, debería irme.

Crónicas de Vampiros// Comprada por una VampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora