A lo largo de mi vida solo me he dedicado a complacer todos y cada uno de los caprichos de mis padres, incluso estudie la carrera que ellos creían que era la más conveniente para mí, quizás para muchas personas la felicidad está sujeta a tener todo de manera monetaria, ni siquiera imaginan lo equivocados que están con esa idea, tampoco voy a ser una hipócrita, tener tanto dinero tiene sus privilegios, he conocido lugares extraordinarios, y lo que es más importante para mí, me ha ayudado a hacerme un lugar en la danza.
La primera vez que entre a este estudio tan solo tenía tres años, recuerdo que había visto en televisión un musical, quede tan maravillada con cada paso tan sutil, delicado y lleno de sentimientos que ejecutaban los bailarines al ritmo de una melodía, desde mi visión era sencillamente perfecto y yo quería formar parte de aquel mundo, fue entonces cuando le pedí a mi madre con el escaso vocabulario de un niño de tres años que por favor me llevara.
Las personas que aquí hacían vida se convirtieron en una segunda familia para mí, en este lugar no importaba tu condición social ni de donde vinieras, todos somos iguales y todos debemos trabajar igual de duro para conseguir el éxito
― ¡Allyson! ― Escuche mi nombre a un lado y el tono de voz con el que fue pronunciado me dejaba muy claro que había enojo. ― ¿Me puedes decir que es lo qué te tiene tan distraída?
Baje la mirada ante el llamado de atención de mi entrenadora, la verdad, desde que había llegado hoy en la mañana estaba muy distraída y no era la primera vez que Amy me lo decía, sabía que en cualquier momento iba a explotar con un ataque de ira, porque no toleraba distracciones en horas de ensayos.
― Sera mejor que te vayas Allyson no se en dónde demonios tienes las cabeza y honestamente así no puedo trabajar contigo. ― Fue lo último que escuche de Amy acompañado de un pesado suspiro y como si no hubiese sucedido nada retomo la clases pero esta vez yo no formaba parte de ella.
En completo silencio recogí todas mis cosas lo más rápido que pude para no molestar a mis compañeros y abandone el salón siendo cuidadosa de no ocasionar algún tipo de distracción.
Al llegar a mi casa se me hizo muy extraño encontrarla sumida en un silencio total, lo habitual era que mi madre estuviese de un lado a otro parloteando con alguna de sus amigas por el móvil, sin darle mucha importancia a aquello me encamine a mi habitación tenía planeado llamar a mi mejor amiga y hacer planes para pasar una tarde de chicas, mis pensamientos fueron interrumpidos a mitad de la escalera por la delicada voz de mi progenitora quien me hablaba desde el inicio de las mismas.
― Ally, cariño que bueno que llegas temprano ― Expreso con esa típica sonrisa que no significaba nada bueno. ― Ponte hermosa porque hoy tendremos una cena muy importante con los Connor.
― ¿Con los Connor? ¿Cuál es la ocasión? ― Cuestione con un falso interés, en realidad me estaba lamentando por no poder llevar a acabo lo que estaba planeando, hace mucho que no salía con Charlotte y seguramente debía estar pensando que era una pésima mal amiga.
― Ya sabes, es una cena de negocios y tu padre quiere que su familia este presente, puedes invitar a tu amiga si quieres.
Lo último que propuso mi madre había sido de mucho agrado, las cenas de negocios me aburrían de muerte pero si estaba con Charlotte sería más llevadero, además la llamaría para que llegara temprano y así arreglarnos juntas, o vamos ¿A qué chica no le gustaría pasar horas arreglándose mientras charla con esa amiga que te apoya incluso en tus locuras?
― De acuerdo, nos vemos a la hora de cenar.
Sin perder más tiempo termine de subir a mi habitación, hice la llamada que tenía pendiente y ya solo quedaba esperar a que Charlotte llegara
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A través de mis zapatillas .
Misteri / Thriller¿Qué estarías dispuesto a hacer para perseguir tus sueños? Allyson Evans una chica acostumbrada a tener todos los lujos que cualquier persona pudiese desear, sin embargo para Allyson vivir en la opulencia solo había significado tristeza y soledad...