Un miércoles dieciocho de diciembre durante la mañana, unos pies agilidosos se dirigían de un lado para otro. La oficina se encontraba aglomerada de dependientes, los cuales empezaban a parlotear como si estuviesen en su casa, tomando un poco de café con sus amigos. Y el joven TaeHyung iba en un vaivén en ese rato, llevando los cheques hacia la fotocopiadora para tener una réplica casi exacta, en blanco y negro, de los bonos exigidos por los empleados más el doble sueldo navideño. Luego de que terminaba en su totalidad aquello, hacía que firmaran cada uno.Era su época de vacaciones y se hallaba en el trabajo por orden de su superior, aunque ahí estaba, saliendo, nuevamente, de su zona de confort
—como todos los días—, donde no podía estar en paz, sin escuchar los cotilleos de las personas, ¿por qué? Pues, habían dos contables; ChanWoo y TaeHyung. El primero, ni se diga. Sólo vivía pendiente al dinero y era un completo vago, por lo que tenía que hacer la labor suya así como la propia ya que su superior sólo velaba porque el último siempre se vea hundido en el oficio. Sobreexplotado. Posteriormente, estaba el supervisor JunHui, quien ponía más peso sobre sus hombros y hacía que se fuera después de hora, es decir, en la noche o que al medio día dejara pasar la hora de comida.TaeHyung pensaba que existían personas que debido al dinero que tenían o su posición social y empresarial querían pisotear a aquellos de bajo estándar. ¡Sólo por eso!
Eran alrededor de veinte personas y eso fue porque era una asociación, pero él no podía solo. Tenía que hacer tantas cosas para esa mañana y esas personas no se cansaban de pedirle que se adelantara, que no tenían todo el día para esperar por su efectivo. El número de dependientes se iba reduciendo así como el supervisor daba una que otra ojeada en la oficina.
TaeHyung tenía tanta presión que el esfuerzo que realizaba valía la pena. Aunque sólo lo valiese para él.
Quedaba una empleada, por suerte, donde el estrés empezaba a consumirle y su cuerpo se tensaba más. Tiró el bolígrafo en el cheque para que certificara y ésta le había mirado con un ápice de miedo y sus manos temblaban levemente, firmándolo con rapidez. A su vez, se alejó sin pensarlo del escritorio del adverso. «Está loco», dijo la pálida en sus adentros, partiendo de aquella oficina.
TaeHyung se separó un poco, mientras le daba masajes a su cuello, inclinándolo de un lado a otro. Necesitaba descansar, con urgencia.
Se levantó de su silla, caminando en zancadas en dirección a la siguiente oficina. Si esto fuese una caricatura, de seguro se haría notar el humo que salía de sus orejas. Aunque su rostro ponía en evidencia aquel color rojo que se plasmaba por completo.
No tenía paciencia para soportar a nadie. En lo absoluto.
Cuando finalmente llegó a la oficina que tanto anhelaba localizar, ignoró los llamados de la secretaria, quien le decía que no podía entrar sin la autorización suya, sin embargo, él hizo caso omiso, empujando la puerta.
—Me voy de aquí. Renuncio. —Con firmeza, apoyó sus fornidos brazos sobre la madera y esto causó que su jefe frunciera el ceño, pero más tarde, se encogió de hombros, inclinando su silla para buscar sus documentos y una hoja en la cual estaba el consentimiento del empleado hasta la ocasión de dimitir.
Este era su turno de firmar y lo hizo sin dudar, lo que provocó que su jefe lanzara una risa, a la vez que susurraba unas cuantas palabras hirientes, las cuales era mejor no mencionar debido a lo denigrantes que eran. Cuando por fin recibió su liquidación, se marchó, deseando jamás volver a pisar ese “bendito” lugar.
El moreno yacía en su departamento compartido, depositando sus zapatos en la entrada de la puerta, y caminaba más perezoso, acercándose al sofá y lanzándose en él como el que no quiere la cosa, como si estuviese muerto.
Su compañero de piso le observó extrañado al notarlo llegar tan temprano. No obstante, luego su vista bajó a las manos del chico, notando el documento que sus manos sostenían y la pequeña caja que yacía en el suelo.
—Amargado; parece que alguien ha tenido un momento de mala racha, ¿eh? —Y de su parte, recibió una molesta mirada de su compañero lo que provocó que riera un poco, mientras le lanzaba una lata de cerveza, la cual alcanzó en atraparla —. Ya era hora de que salieras de ese ambiente tan tóxico.
TaeHyung río sin algún atisbo de gracia, sin ánimos, lo cual fue mala idea porque sintió como el dolor de cabeza se apoderaba de él. Menuda mierda. —Sí, ¿y cuándo vas a empezar por trabajar? No voy a seguir pagando este lugar a falta de tu aporte económico, NamJoon. Y ya no estoy trabajando. Sabes lo que puede pasar sin el pago. —Esto fue la bombilla que iluminó al susodicho, el cual fue en busca de su celular, esbozando una sonrisa audaz, que no lograba entender el adverso, entre tanto, veía como marcaba un número con emoción, murmurando unas cuantas cosas; haciendo que este bufara con tranquilidad y se acomodara en el sofá, ignorándolo.
Mas sus murmullos le volvían loco. Y un simple cojín no podría a eliminar su voz, por lo que prefirió hacerse de oídos sordos y abrió la lata de cerveza, haciendo fondo blanco en alrededor de un minuto. Un tiempo en el que NamJoon se la había pasado saltando de un sitio a otro, mientras hacía sus bailes, sus excelentes bailes frente a TaeHyung con una sonrisa resplandeciente.
«Qué carajo.»
—Conseguiste empleo... Uno mejor y más tranquilo. —Se había sentado a su lado, pasando su brazo por el hombro del muchacho, quién casi escupía el líquido al suelo, tratando de procesar sus palabras, pero se contuvo de hacer un desastre en la sala de estar. Lo malo fue que se había escapado de sus comisuras, ala vez que sus ojos viajaban al mayor, observándole en shock. NamJoon, en cambio, se bebía su cerveza sin cuidado, en virtud de la felicidad que emanaba. Cuando ya había bebido lo suficiente, se separó a sólo centímetros de la mediana lata sin dejar de sonreír. No sabía siquiera de qué manera reaccionar ante tal información, podía ser sólo una broma, sin embargo, se hablaba del sustento económico del departamento, sumando la universidad de ambos —. Bueno, no. Conseguimos. Nos quieren cuanto antes.
—¿Qué?
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Cieco; TaeKook
FanficKim TaeHyung se ve en la necesidad de trabajar para Jeon JungKook, quien carece de una ayuda, de un soporte, en el cual poder avanzar con su enfermedad. Pero, las cosas se complican cuando se van conociendo más. Divisor temporal. ❅. TaeHyung x JungK...