Capítulo 25

66.1K 3.8K 403
                                    

Despierto con un sobresalto, la habitación está completamente a oscuras, sólo el reflejo de la luna a mis espaldas brinda un poco de luz, intento removerme entre las cálidas sábanas pero un brazo me tiene rodeada por la cintura, el propietario de éste apenas siente mis movimientos hace más firme su agarre, haciendo que mi cuerpo se pegue al suyo y termine bajo el mentón amoretado del boxeador.

Una gota de sudor frío desciende por mi frente apenas recordar lo que me hizo abrir los ojos de golpe, el recuerdo de mi madre y nuestra deprimente vida azota mi mente y remueve fibras que había enterrado hacía mucho tiempo.
La voz enronquecida de Adam hace que salga de mis pensamientos.

-¿Está todo bien? - pregunta adormilado.

-Si, lo siento, sólo tuve un mal sueño. - respondo intentando parecer tranquila.

Con un movimiento rápido gira mi cuerpo y quedamos uno frente al otro, abrazándome deja mi cabeza descansar junto a su pecho, puedo escuchar los tranquilos latidos de su corazón, lentamente mi respiración se acompasa a la suya, siento como deja caer el peso de su  brazo conforme se deja llevar en un profundo sueño.

Toda la situación me parece irreal, el estar en la cama de un chico que se dedica a las peleas de box clandestinas, abrazada del torso desnudo de un Adonis como Adam y sobre todo el hecho de sentir que tenemos una conexión más allá del deseo carnal, la forma en la que mi cabeza encaja en su cuello y sus manos se amoldan perfectamente a mi cintura, todo ésto hace parecer que estuviéramos hechos el uno para el otro.

No soy consiente del tiempo que paso disfrutando el momento, pero percibo al sol entrar por la ventana poco a poco, al estar tan cerca del boxeador puedo apreciar cada una de sus facciones e incluso pongo más detalle en el hecho de que sigue con algunas zonas inflamadas debido a lo ocurrido apenas unas horas atrás, instintivamente mi mano pasa por su frente y retiro el cabello que ocultaba sus pobladas cejas, es jodidamente guapo, no puedo creer lo afortunada que soy.

Me lleno de valentía (y apovechándome del echo de que Adam está completamente dormido) confieso mis sentimientos desde lo más profundo de mi ser.

-Quiero estar para siempre contigo, me da miedo lo que siento por ti, pero estoy segura de que no quiero separarme de tu lado.

Como respuesta recibo una melodiosa respiración la cual me hace soltar el aire que tenía retenido gracias a lo que acababa que decir.

Mi mente comienza a dar vueltas pensando en todo lo que pasa al rededor.

1. El imbécil de Elliot intentando aferrarse a su estatus por medio de mí.

2. Las inseguridades sobre un futuro con Adam.

3. Mi cerebro y corazón divididos gracias al boxeo.

4. Grace y el asunto con Jason.

5. No volví a casa anoche.

-¡CASA! ¡MIS PADRES! Me van a matar!!!!! - salto de la cama con velocidad y me pongo la misma ropa de la noche anterior, gracias a mis movimientos de demente Adam despierta con un sobresalto preguntando por mi.

-¡EMMA! ¡¿Estás bien?! ¿Qué ocurre?

-Todo está bien, pero mis padres regresaron ayer por la noche de un congreso médico, se supone que debería estar en casa para ir a la escuela.

Hablo mientras me muevo por la habitación, buscando toda mi ropa y deshaciéndome de 50cents por el camino.

-Te llevaré a casa. - dice asintiendo a mis palabras y quitándose la sábana de encima.

-No siquiera lo pienses, no puedes conducir en tu estado, tienes que descans.... - me giro para confrontarlo pero mis palabras y mis acciones se detienen al ver que se despertó de "muy buen ánimo".

Boquiabierta y sin poder articular una palabra sólo puedo pasar mi mirada de su entrepierna a sus ojos.

-¿Te gusta lo que ves? - pregunta divertido.

"¡Emma, reacciona!" Me reprende mi subconsciente antes de que comience a babear.

-Deja de creerte lo mejor y cúbrete.

-No te hagas la ofendida, deberías estar orgullosa de ti, es prácticamente un halago de mi parte. - defiende riéndose de la situación.

-Eres increíble. - digo negando con la cabeza y agradeciendo que el momento incomodo pasara desapercibido.

Me giro de nuevo para continuar vistiendome y escucho que Adam se queja a mis espaldas, corro hacia él y me arrodillo para saber lo que pasa.

-¿Qué ocurre? ¿Dónde te duele? - pregunto examinandole de pies a cabeza.

Mientras tanto él, sentado a la orilla de la cama y con una mano sobre su espalda me responde.

-Creo que mis músculos siguen tensos, es todo. - habla y el alma me vuelve al cuerpo. -Pero ya que éstas por aquí, ¿por qué no me ayudas con otro tipo de "dolor?".

Me guiña el ojo divertido y pone una sonrisa que haría derretir a cualquiera.

-Todo un caballero. - respondo y pongo los ojos en blanco.

Al ponerme de pie nuevamente Adam quiere levantarse, pero ésta vez lo detengo y hago que se recueste nuevamente en la cama.

-No saldrás de aquí hasta que vuelva de la escuela. - sentencio sin pensarlo.

-¿Volverás? - pregunta asombrado y con un matiz de alegría en su voz.

-Si. - mi respuesta no deja cabida a réplicas, simplemente asiente y me mira fijamente.

-Traeré comida, hablo en serio Adam, no quiero que salgas de tu departamento.

-Si señora. - contesta divertido ante mi actitud autoritaria.

Si algo aprendí del mundo de los ricos es que nunca debes dar tu brazo a torcer cuando la ocasión lo amerite, siempre me salí con la mía y ésta vez no será la excepción.

-Te veré en un rato, si necesitas algo llámame.

Asiente sonriendo y antes de cruzar la puerta escucho que me dice.

-Gracias Emma, de verdad.

Sonrío hacia él y salgo del cuarto, si me quedo más tiempo mirándolo no iré a ningún lado.
Mientras bajo las escaleras del edificio voy revisando mi móvil, las 13 llamadas perdidas de mis padres no me dan un buen augurio, pero cuando leo los mensajes de Todd sé que los problemas apenas están comenzando.

"No puedo creer que gracias a ti me quitaran los permisos para salir de fiesta, estamos acabados."

Solo Llámame Adam [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora