Besó

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Adrien estaba en clases con su rostro sonrojado mientras sentía como su compañera de atrás, le acariciaba el cuello con su dedo índice.

El día anterior, la chica le preguntó sí le gustaba a lo que el respondió que no, que sólo la veía como a una amiga, cosa que puso triste a Marinette pero luego sonrió alegré.

¿Qué significa cuando le dices a una chica que sólo es tu amiga, se pone triste pero luego se alegra?

Una carta rosa cayó por su cabeza, cortesía de la azabache y se sonrojo.

No era muy listo pero una carta rosa con un corazón podía significar dos cosas: declaración de amor o alguien que le gusta decorar las cosas de manera tierna y siendo de parte de Marinette, seguro era lo segundo.

Levantó la mirada para ver como la maestra escribía en la pizarra y agarró la carta que cayó sobre sus piernas.

La abrió y su sonrojo aumentó por 10.

"Adrien, sé que no es lindo declararse por una carta, así que después de clases, por favor, veme a la salida en el salón, que te quiero declarar mí amor y tal vez robarte un besó."

-¡Maestra! ¡Algo raro le pasa a Adrien, está muy rojo y balbucea cosas raras!

Gritó Nino, preocupado por su amigo, llamando la atención de todos mientras Marinette ocultaba su risa tras un libro y Alya negaba con la cabeza.
.

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Después de clases.

Un muy nervioso Adrien estaba sentado en la mesa de la maestra.

Él no amaba a Marinette y ella le escribió que se le iba a declarar y a robar un besó.

¡Nadie más además de Ladybug lo iba a besar!

Suspiro profundo mientras se ponía más brillo labial, con el ceño fruncido.

Debía encontrar la manera de ser amable a la hora de rechazar a Marinette y no causar problemas como cuando Chat noir la rechazó.

Sacó una menta y la comió mientras se cruzaba de brazos y miraba hacía la puerta.

-Ya se está demorando.

Se puso de pie, sacó un espejo de mano, se arregló un poco el cabello y volvió a guardar el espejo antes de dirigirse hacia la puerta.

Su belleza era una bendición y una maldición.

Al acercarse a la puerta, está se abrió y pasó una sonriente Marinette, asustadolo.

-Lo siento, estaba practicando en el baño con mi reflejo.

-No te preocupes, no pasa nada.

El momento había llegado.

Iba a rechazar a Marinette.

La azabache dio un pasó, quedando muy cerca de Adrien el cual hizo su cabeza para atrás.

-Cierra tus ojitos lindos y estira tus labios, por favor, mi amor.

¡¿Iba a ir directo al grano?!

¡Él amaba a Ladybug y no sentía nada... casi nada ¡por Marinette!

Dio un suspiro profundo y cerró los ojos mientras estiraba sus labios pero que quedé claro que era por que le pidió por favor.

-Muy bien.

La dulce voz de la ojiazul fue lo último que oyó antes de sentir algo tocar sus labios.

¡Marinette lo estaba besando!

La verdad, siempre creyó que los besos eran más suaves.

Bueno... ¿qué podía saber alguien que ni recordaba su primer besó y su amada no lo quería repetir?

-Listo.

Exclamó la azabache mientras él abría sus ojos formando una sonrisa que se borró al ver los ojos de Marinette lagrimosos, conteniendo la risa y en sus manos tenía labial permanente.

No lo hizo ¿verdad?

La chica le tocó la punta de la nariz con una gran sonrisa.

-El rojo, es tu color.

Y se fue mientras Adrien que seguía con los labios estirados, volvió a sacar su espejito y sudo frío al ver que efectivamente sus labios habían sido pintados.

¡¿Todo éso fue para hacerle una broma?!
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En la mansión Agreste.

Gabriel miraba a su hijo confundido ya que andaba por la casa con un velo cubriendole el rostro.

¿Era una moda adolescente de la que no estaba al tanto?

Guerra de bromasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora