Draco

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Para Harry las cosas no podían ser de otro modo que no fueran simples, sencillas. Eso, al menos, se volvió una realidad hasta que se enteró que era un mago, y que un colegio de magia y hechicería lo recibía con los brazos abiertos para que se integrara con el resto de niños de su edad para aprender a serlo. Y conoció a Draco Malfoy.

Draco, de algún modo, era todo lo que siempre quiso. No importaba las interminables veces en que criticaran cuán tonto, cruel o excesivamente egocéntrico éste fuera, para Harry siempre sería así.

Así que se puede decir, la verdad sea dicha, que Harry no es una persona objetiva. Porque él se dejaba llevar y así había sido desde pequeño. Era manipulable, frágil y sensible. Temía de muchas cosas, pero de las cosas que lo rodeaban jamás. No cuando Harry gustaba de ser así de feliz, viendo lo mejor de cada persona y nada más. Confiaba en la gente, bondadosa o no, cosa que lo había llevado a sufrir mucho durante su infancia. Pero que afortunadamente había cambiado en Hogwarts.

La vida de Harry antes de ello nunca fue fácil. Era un chico huérfano, repudiado por algunos muggles y repudiado, también, por varios magos. La gente no le quería en cuanto le veían, no lo apreciaban. Excepto Draco. Y él, siendo un chico que se dejaba llevar con mucha fuerza, no hizo más que seguir firmemente a Draco Malfoy cuando lo descubrió diferente.

Draco fue el primer mago de su edad con quien habló, quien era fiel a morir a los ideales ajenos inculcados principalmente por Lucius Malfoy, su padre, a su unigénito y transferidos a la ingenua mente de Harry enseguida. Eso fue lo que le llevó a ser repudiado por las casas ajenas. Un Harry Potter pequeño, temeroso y rebelde lleno de poder y astucia en su interior al que habían sorteado en Slytherin nada más el sombrero tocó su cabeza.

Harry, pese a ser un chico bastante ingenuo que creía en la sinceridad de los demás, no pudo ceder su confianza en un primer instante a nadie en Hogwarts, ni siquiera a los integrantes de su propia casa. Exceptuando al rubio pedante que comenzó a protegerlo tras ese hecho, especialmente por las bromas que le gastaban día a día y que se fueron extinguiendo lentamente por su relación con la familia Malfoy.

Entonces, Harry empezó a no sólo agradecerle a Draco por estar a su lado incondicionalmente, sino, a ponerlo en un pedestal.

Los años pasaron y sus sentimientos cambiaron significativamente, Draco Malfoy ya no era su protector, pronto se convirtió en su primer amor. Un encaprichamiento que no paraba de crecer y crecer, y creer. Draco no sólo era el mejor amigo de infancia ante los ojos de Harry, era el chico perfecto para él. Rubio, alto y esbelto. Preciosamente rubio, con una piel que brillaba como las perlas y un cabello tan claro que se preguntaba como no irradiaba luz por sí mismo; alto comparado con él, con piernas kilométricas y un porte que le hacía parecer aún mayor; y esbelto como solo un buscador de Quidditch podía ser. Harry lo miraba ir y venir con la gracia de un ángel, alborotado, distraído pero aún así, siempre impecable. Corría de lado a lado, riendo, burlándose, siendo tan Malfoy con el uniforme verde esmeralda resaltando sobre su piel. Brillando como una estrella en medio de la oscura noche.

Pero no era sólo eso. Harry podía dar fe a que Draco tenía magia en la mirada, con una sonrisa que le hace el día y sueños bajo la almohada. Aunque peleé con la gente equivocada. Draco se ponía intolerante y malhumorado, porque era un mundo de tormentas internas y un espacio de promesas vanas. Para los demás, es fácil creerse la máscara que tiene de fachada, pero Harry no suele caer en ese tipo de pavadas. En especial, porque él lo conoce tan bien como puede.

Lo observa y suspira por él de lunes a domingo, cada día de la semana, con café en mano o un helado, sin que se vaya a ningún lado. Porque Draco, el Draco que conoce, tiene un corazón cálido, del que nunca dice nada. Y aunque nadie se entere, a él le duele más lastimar a que lo lastimen. Era poesía, poesía en un mundo analfabeta.

D R A C O: drarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora