Mi Lazo. Tercera Parte.

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Reborn se encontraba solo en el comedor tomando una taza de café

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Reborn se encontraba solo en el comedor tomando una taza de café. Se encontraba tan tranquilo que pensó que nada lo molestaría, pero de un momento a otro Tsuna -el cual ya no utilizaba su ropa de dormir, sino que ahora vestía un traje negro, camisa blanca y corbata negra- entró al comedor.

— ¡Tu!

— ¿Yo?

— ¡Reborn!

— ¿Qué? —preguntó con fastidio el alfa azabache.

— ¿¡Por qué los llamaste!?

—Yo no los llamé.

— ¡¿Ah, no?! ¿Entonces quién si no fuiste tú?

Reborn suspiro.

—Yo no los llamé —dijo—. Yo llamé a Colonello —comenzó a explicar—. Tal parece que estaba en la casa de Byakuran.

— ¿Por qué en su casa?

—Lo volvió a correr Lal. Tal parece que olvidó su aniversario, de nuevo.

—Otra vez... —Tsuna suspiro.

Colonello era un gran amigo, pero un pésimo novio/esposo. Siempre olvidaba las fechas importantes, hacía planes en sus aniversarios y los olvidaba... cómo Reborn. Era debido a eso que Lal (la esposa Omega del rubio de ojos azules) lo corría de la casa y el rubio se iba con alguno de sus amigos. Incluso ya se había quedado con ellos en una ocasión hace unos años atrás.

—Ese idiota no puede ser un buen esposo —el azabache suspiro—. No sé cómo Lal sigue con él. Si fuera ella, ya lo hubiera dejado.

— ¡Tu no eres precisamente quien para decir eso!

— ¿Ah? —Reborn lo miró interrogante.

—Olvidalo... —suspiro el castaño—. ¿Pero para qué llamaste a Colonello?

—Obvio. Colonello es el que tiene mayor experiencia humillandose por el perdón de Lal, así que... —se encogió de hombros—. Olvidará las fechas y eso, pero es muy romántico el desgraciado. Él me ayudó a... —El azabache miro Tsuna y se quedó callado. —Como sea, el punto es que él es de ayuda.

— ¿Él te ayudó a qué? —cuestiono Tsuna.

—Pero tal parece que de nuevo se están humillando y por eso envió a esos dos en su lugar —dijo ignorando la pregunta del castaño.

— ¿Él te ayudó a conquistar a Fon?

Una vena de molestia apareció en la frente del azabache.

—Ellos te ayudarán ya que eres un inútil en esto.

— ¡Colonello te ayudo a conquistar a Fon! —Esta vez Tsuna ya no pregunto, lo afirmó.

—Como te decía... —decía Reborn con su vena de molestia más grande y rechinando los dientes. Autocontrol, autocontrol.

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