Amor en Baker Street

Capitulo 4

-Jo....John.....

El jadeo se escapo de la garganta de Sherlock marcando las venas del cuello y con todo el cuerpo en tensión. Fue solo un leve susurro pero consiguió que todos los vellos del cuerpo del medico se pusieran de punta. Aun no podía creerlo, no podía creer en que posición estaban y mucho menos que fuera él el que obligara al detective a perpetrarla. Ya se había percatado de que, cuando se trataba de Sherlock y el sexo, se volvía un poco-bastante- animal y posesivo, pero esto era ya rozar lo ridículo.

Todo empezó como siempre: Con un caso.

No era nada del otro mundo, un asesinato que los había llevado a entrevistar a una pareja de hermanos, hombre y mujer, que se vieron lujuriosamente atraídos por el detective nada mas verlo. A John no le preocupo mucho cuando la mujer hizo su movimiento, la única mujer por la que Sherlock se había sentido atraído era la Srta Adler y esa otra joven no le llegaba ni a la suela de los zapatos. Sin embargo con el hermano... Un hombre de estupenda figura, con clarisimos ojos azules y cabello oscuro, igual de alto que Holmes y con una sonrisa tan perfecta que entraban ganas de rompérsela nada mas conocerlo.

A John no le costo mucho imaginarse a ambos enrollándose contra la pared de la habitación, sacándose la ropa y frotándose como dos animales.

Al principio pensó que Sherlock, siendo el sociopata que era, se encargaría de cortarle nada mas notar el coqueteo, pero el muy...Idiota, se dejo hacer. Permitiendo que entrara en su espacio personal tanto que por un momento John pensó que de verdad iban a montárselo en el salón.

Claro esta todo era una estratagema del detective para que el hermano se descubriera y poder encerrarlos pero eso a John le importo bien poco.

Intento ser razonable. Observar en vez de ver como decía su compañero pero...No pudo. Así que no se sorprendió al encontrarse enfrentandose al moreno nada mas cruzar las puertas de la calle Baker preguntándole a que demonios había venido semejante escenita.

No tardo mucho en dar gritos cuando le explico que todo era una estratagema y espeto que no sabia que era tan idiota como para no darse cuenta. Antes de percatarse de lo que hacia los dos estaban hablando demasiado alto y demasiado cerca.

Y así fue como acabaron en esa posición: Con Sherlock sentado con todo el cuerpo empapado en sudor, las manos atadas a la espalda con esa jodida bufanda azul y con los pantalones colgados de su pierna izquierda.

-John....Duele...- El rubio se maravillo al ver al detective flexionando esas largas piernas hasta apoyar las plantas de los pies en el asiento del sofá en un vano intento de escapar, dejandole una estupenda perspectiva de todo lo que era ese fibroso cuerpo completamente dominado y excitado.

-No te preocupes...Soy medico.- Mastico el aire a la vez que volvía a meter los dedos dentro del cuerpo del detective y tocaba ese punto mágico que sabia que todo hombre tenia.

La reacción del moreno no pudo ser mas exquisita: Abrir tanto los ojos como la boca con un estertor de puro placer mientras miraba al techo.

-¡¡¡¡John¡¡¡

Maravilloso.

-¿Que?...¿Quieres que lo repita?- Y sin darle tiempo a responder volvió a tocar esa zona tan sensible consiguiendo que el cuello de Sherlock se estirara tanto que pudo ver perfectamente el dibujo de todas sus venas.

Era algo exquisito de contemplar, el largo miembro duro y palpitante mirando al cielo, las rodillas flexionadas temblando por culpa de la excitación, los brazos estirados hacia atrás e inmovilizados por su propio peso y sus dedos entrando y saliendo, haciendo la tijeras para dilatarlo y torturando la próstata del detective sin compasión. Si tenia que hacer una comparación sobre su forma de actuar es que John Watson, a la hora de tener sexo con Sherlock, se comportaba igual que el detective cuando tenia un caso interesante. Lo observaba todo, lo analizaba y preveía posibles reacciones del moreno.