— Santo Dios, un zombie-
— Que gracioso eres Brimi.- ese mismo día, fue al bar, cerca de la media noche, al haber dormido muy poco, y estar tanto tiempo en la computadora, comiendo mal, llegó a dicho lugar, pálido, ojeroso, y con ojos irritados por estar todo el día pegado en una laptop.
Y si no fuera porque Freddie le obligó a ir, aún estuviera ahí.
— Comenzaba a creer que no vendrías, me estaba aburriendo- mencionó el castaño
— Perdón, tenía un ensayo que terminar, lo peor de el caso es que aún me falta un cuarto- rió ante lo ultimo, de manera sarcástica
— Oh... ¿Es pesado?- cuestionó ante el relato
— Un poco, bueno, diría que solo es pensar y listo, pero los proyectos es lo que cansa, los miles de ensayos e investigaciones sobre filosofías, y eso- pegó un suspiro– ¿Tu que estudias?-
— Me gradúe de astrofísica- mencionó orgulloso de su título, a lo que el rubio expandió sus ojos un poco más
—Eso suena genial-
— Lo es, me parece bastante interesante a pesar de que me haya pasado noches enteras en vela, pero valió la pena cuando me entregaron mis documentos-
— Eso si debe ser pesado-
—Un poco, pero creo que soy mejor haciendo cálculos que reflexionando sobre temas
El rubio rió por el comentario, que hacía referencia a que en ningún momento pudo contestarle la pregunta de "que era normal"
– Dame un trago, quiero relajarme-
— Te daré un sándwich también, pareces un fantasma-
— Creí que era un zombie-
— Eres ambos- se rió el mayor, entregándole un sándwich que había guardado para el, pero aún podía aguantar
— Eso es imposible- negó con la cabeza- un fantasma es eso, un espectro, si fuera un zombie no podría ser uno- y dicho esto, le dio un mordisco a el alimento, y por su rostro, sabía que no había comido mucho en el día
— Eso es un buen punto- concordó riendo– ¿te traigo un mojito?-
— Quítale algo de azúcar, lo mío no es lo dulce- asintió, a lo que el enrulado se fue a preparar dicha bebida.
Y como pidió su amigo de cabellos dorados, quitó una cucharada y media de azúcar, de esa manera no sabría tan dulce, y sin más se lo ofreció, a lo que este le dio un trago
— ¿Cuanto tiempo llevas siendo un bartender?- cuestionó
— cuatro años, aproximadamente-
— Ya veo de donde tanta experiencia- sonrió mostrando sus blancos dientes– Este es el mejor mojito que he probado en toda mi existencia-
— No creo que sea para tanto- se rió avergonzado
— Claro que lo es. Usualmente los hacen muy dulces, o al contrario, le quitan toda el azúcar, otros el licor no es bueno y sabe demasiado; Pero este- apuntó a su vaso, como si fuera la cosa más maravillosa de el universo– Este es perfecto, el ron es bueno, la cantidad de azúcar, el sabor a menta, ¡Vamos, incluso tiene la temperatura perfecta!-
Ambos rieron por lo último, para el mayor era la primera vez que elogiaban así algo que había preparado el.
Porque la mayoría solo tomaban descontroladamente, que ni si quiera sabía si se detenían a sentir el sabor, solo era copa tras copa, que incluso hubo un tiempo en que le quitó el esmero a preparar bebidas.
Pero para el rubio siempre intentaba que los tragos estuvieran bien, para que fuera de su agrado.
— Gracias- revolvió sus rulos avergonzado– es la
Primera vez que me dicen algo así, siendo sincero-— Es mentira- frunció el ceño sarcástico, pero al ver la expresión y como negaba el mayor, supo que no se trataba de una broma– ¿De verdad?-
— Te lo juro- alzó las manos– Estoy acostumbrado a que solo vengan a desahogarse de sus problemas, que ni si quiera se dan cuenta de lo que les serví-
— Que hijos de puta- soltó de la nada, lo cual fue un poco sorpresivo para el mayor– Tu no eres su psicólogo, además, ¿Como se atreven a no prestarle atención a lo que están bebiendo?-
— Bueno, sea o no su psicólogo, es mi trabajo atenderlos y con ello viene conversar con los sufridos-
El rubio rió sarcásticamente— Vamos a intentarlo, sírveme tragos y yo intentaré adivinar que tienen-
— Roger, no creo que sea buena idea...-
— Anda, te lo pagaré todo, de cualquier forma no tengo tanta resistencia al alcohol así que no creo aguantar mucho. Además se controlarme-
Solo por eso, el castaño accedió, sirviendo trago, tras trago, así sucesivamente.
Todo iba bien, el rubio aveces acertaba, otras veces no, se reían, era un ambiente bastante cómodo para ambos.
Eso, hasta que el rubio comenzó a ponerse ebrio, al principio fue aún más divertido, debido a que como sus sentidos comenzaban a nublarse, aveces la mayoría de las veces ya no atinaba a ninguno de los licores que contenía la bebida, y por eso, se frustraba de una manera muy graciosa.
Pero conforme pasaba el tiempo, y el rubio comenzaba a parlotear, cuando el castaño decidió que era suficiente alcohol por una noche, fue cuando todo se comenzó a tornar raro
— ¡Freddie me quiere llevar a uno de sus discos porque no tengo pareja!- azotó la barra, como ofendido- ¡me dijo solterón, Brian!-
El mayor estaba riéndose por cómo hablaba el rubio, ya que su nombre lo había dicho como "Braishan"
— Que triste- mencionó haciendo lo posible por contener una risa
— ¡Lo se!- alargó la "e" – El dice que no puede ser que no me guste nadie-
— ¿En serio?-
— ¡Lo que no sabe ese zopenco divo y bigotón!- se cortó la frase el rubio así mismo para lo que parecía era tomar aire– Es que si me gusta alguien-
— ¿Ah, si?- preguntó esta vez con intriga, recargándose el la barra
— Si te lo digo, ¿No se lo dirás a esa persona?-
— Confía en mi- Dijo esta vez aún más intrigado, sospechando que tal vez era su amigo Freddie a pesar de que hace unos momentos le hubiera llamado "zopenco"
— Trabaja en un bar- rió bobamente – tiene cabello bonito- prosiguió haciendo círculos con su dedo en la barra–Su nombre... Empieza con Brian... Luego tiene un Harold... y al final... ¡un May!-
El rubio volvió a reír, esta vez con más fuerza, dejándolo en un estado de shock
Quería creer que eso lo había dicho por su estado de ebriedad, pues para nada su amigo estaba en sus cinco sentidos.
Lo sacó de el bar, paró un taxi y a duras penas el rubio pudo decir su dirección, para que así el transporte se lo llevara
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Merequetengueeeee-