Dias, semanas, casi meses; el Rizado creía que su amigo ya nunca volvería de nuevo y aún lo estaba procesando
No lo culpa, si alguien le gritara una palabra con la que tiene un trauma, también dejaría de buscar a esa persona
Asi que estaba sumido en una especie de no- silencio, ya que el bullicio de algunas personas que se hallaban en el local Impedía que fuera un silencio absoluto
Entonces en el ambiente en donde ahora sonaba "no buses" de arctic monkeys; escuchó la campana que indicaba que alguien había entrado a el local
Un rubio y un azabache, que claramente conocía, esos eran Roger y Freddie, justamente como la primera vez que el rubio y el cruzaron miradas
Solo que había algo diferente, Esta vez, en lugar de ser Roger quien se quedara viendo fijamente, era el mismo
Era como si la situación se hubiera invertido
Si miraba un poco más, podía observar que se había cortado el cabello un poco, de manera que desde el ángulo que tenía, podía ver sus ojos azules
Que lindos ojos tenía, desearía haberlos apreciado un poco más antes
Embobado con ese par de orbes, de tanto mirar supuso que el rubio comenzó a sentirlo, entonces volteó a toda dirección para después chocar miradas
No supo que hacer en ese instante más que alzar su mano y saludar, cosa que Roger hizo al mismo tiempo, y ambos rieron desde lejos
Entonces este se levantó caminando hasta la barra y sentándose en el lugar de siempre
— Hey...- le dijo en voz baja
— Que inseguro sonó eso- mencionó a forma de broma, pues aún recordaba con claridad todo lo que había dicho el rubio cuando recién de conocieron, siempre pensó que fue muy peculiar
— Oh, así que ahora usarás mis trucos contra mi- bromeó entre ligeras risas que fueron seguidas – Ya sé que sonó inseguro, yo... En realidad no sabía cómo empezar-
— Te cortaste el cabello-
— Eso es una larga historia- rodó los ojos el rubio, algo divertido– Bueno, fui a despuntarlo, porque asumo que sabes que se maltrata, y lo cortaron mal... Entonces Freddie me ayudo y terminó así- se alzó de hombros – Sinceramente me gusta-
— Te queda bien- alagó – Me deja ver mejor tus ojos-
Su corazón dio un vuelco al ver como las mejillas de su enamorado tomaban un ligero color rosado
— Brian, podemos... ¿Podemos hablar en un lugar con menos personas?-
— ¿Afuera?-
— ¿Alucinas?, demonios, no, un poco más y nevará-
— Bien, entonces sígueme- le dedicó una sonrisa, a lo que el rubio pasó sus piernas dentro de la barra, saltando al otro lado de esta, caminando dentro de el lugar en donde el rizado tomaba su descanso
No le dio tiempo de hablar, ya que de una manera un poco tosca, el mayor le tomó de la cintura y unió ambos labios en un beso, que en este Si podía sentir amor, así que se dejó llevar un poco
Pasó sus manos lentamente hasta llegar a los hombros de el más alto, dejándolas en el lugar
Después sintió el roce frio de las manos de Brian
— ¡Estas helado!- exclamó entre risas rompiendo el beso
— Lo siento - siguió las risas el castaño, acercándose para plantar otro beso en los labios de el rubio, aunque fue interrumpido por la mano de este
Y en su rostro había una expresión de tristeza, pero aún mantenía una sonrisa
— Brian, no- dijo este en voz baja – Sabes que eres heterosexual-
— ¿Disculpa?- preguntó exaltado– Pero te acabo de besar, y pasé semanas mortificándome por verte, y casi llorando por ti-
— Oye, lo entiendo, pero lo hago por los dos-
— ¿Por los dos?-
— Eres heterosexual, lo sabes bien- dijo en un tono más firme– Quizás eso se te pase, consigas a una chica bonita y que no te hostigue con filosofía, y yo me quedaré solo, no quiero que vivas con el peso de haberme ilusionado, y yo tampoco quiero vivir eso-
— Roger, tengo veintisiete como para que me digas eso-
— Y vas a encontrar a una mujer bonita, ¡Solo mirate!, yo ni si quiera puedo atraerte del todo-
Se quedaron en silencio, uno demasiado espeso y frío, a la vez de triste, en donde ahora ambos se encontraban llorando
— Será mejor así...- dijo el rubio de nuevo acercándose y limpiando las lágrimas que escurrían por las mejillas de el hazel
— ¿Podemos seguir siendo amigos?- preguntó con voz rota, abrazándose al cuerpo de el menor
—Seguro-