Historia I

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Este era el drabble de 500 palabras que le había prometido a @Jos-pint-19, por haber ganado segundo lugar en el sorteo. Me pase tantito de las quinientas palabras pero no pude evitarlo. Saludos.

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Sinopsis: ¿Crees en el amor a primera vista o tengo que volver en un rato?

[...]

Hay personas que se enamoran a primera vista, personas cuya conexión es inmediata la primera vez que se encuentran...


—¡Cuidado!

—Oh, lo siento, lo siento, no vi-

—¡Maldita sea! ¡Has arruinado mi traje!

—Lo siento, lo siento, pagaré por la tintorería

—¡Suelta!

—Lo siento-

—¡Cállate! ¡Déjame!


...y hay otras que requieren más de una primera vez.

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La primera vez que se encontraron no fue un evento predestinado, no fue algo simbólico, rayos, ni siquiera fue memorable; en cambio, la segunda vez fue...


—¡Alto!, ¡detén el ascensor!

—Lo siento, tengo prisa.

—¡No te atrevas a presionar ese botón!

—Lo sien-

—¡Puto!,— gritarle a una puerta de acero no consigue mejorar su humor. No le queda de otra que correr hacia las escaleras y comenzar a subir.


...bien, no, la segunda vez tampoco fue precisamente gloriosa.

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Pero como bien dicen la tercera es la vencida...


—¡ah!, gracias a todos los dioses divinos, ¡aún queda una!, eh, disculpe, lo siento, con permiso, lo siento, perdón estoy intentando cruzar hasta el mostrador de allá, sí, gracias, disculpe, ¡ajá!, ¿eh?, ¿a dónde se fue?... errrg... disculpe, pero esa dona es mía.

—¿Tuya?

Una fina ceja rubia se alza en incredulidad y al mismo tiempo su mueca sarcástica se deshace mientras mastica el pan sin mayor escándalo.

Un empujón, un pisotón y una maldición distraen a Izuku, cuando se endereza el ladrón de donas ha desaparecido entre el nutrido grupo de personas que luchan por alcanzar alguno de los poquitísimos almuerzos que quedan.

—Imbécil—murmura Izuku mientras se abre paso a codazos de vuelta a la sección de ensaladas.


...aunque tal vez no podamos aplicarla en este caso.

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Carajo, me he equivocado, espera, tal vez la cuarta sea la definitiva...


—Midoriya, no tienes cinco años.

—Calla, Iida, déjanos disfrutar de este pequeño descanso. En veinte minutos se reanunda los seminarios, entonces nos comportaremos.

Forelsket [Katsudeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora