Capítulo 6. | Crear recuerdos.

409 75 5
                                    

Después de aquel emotivo momento, decidieron volver a casa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Después de aquel emotivo momento, decidieron volver a casa. Aunque algo incomodaba al señor Jeon, cosa que su esposa notó de inmediato.

No comentó nada frente a los niños, sino hasta la noche. Y cuando se encontraban tranquilos y casi listos para dormir, le cuestionó el porqué de su comportamiento.

—Cariño...—le llamó. Su esposo posó sus ojos en ella y le observó con detenimiento—. ¿Puedo saber qué te ocurre? Desde que fuiste con los niños por las galletas estás así... Decaído, confundido, no lo sé.

Un suspiro salió de los labios de su amado y se acomodó en la cama, sosteniéndola entre sus brazos. —Es sólo que... Jimin me contó algo un poco extraño. La verdad no sé cómo debo tomarlo, ni siquiera sé bien qué es lo que siento.

—¿Qué te dijo exactamente?

—Él dijo...—recordó las palabras del niño, como le avisó sobre su futura partida—... Dijo que debía volver a su hogar.

La mujer lo miró un poco confundida, pero luego suspiró y tomó la mano de su esposo. —Ya lo sabía. Ayer me lo contó.

—¿Sabes a dónde se irá? —le preguntó de inmediato—. Porque sólo me dijo que volvería a su hogar, pero no dijo dónde estaba ese lugar.

—No lo sé...—murmuró cabizbaja—. Sólo me dijo que se iría en noche buena o tal vez después. Además, quería que sonriéramos cuando pensáramos en él... Así como él lo haría cuando pensase en nosotros.

—Te juro que ese niño es como un ángel —dijo el señor Jeon.

—Uno que ama la luna —complementó su esposa.

—Amor, no quiero que Jimin se vaya —negó, escondió su rostro en el cuello de su esposa y se apegó más a ella—. Es nuestro angelito.

—Yo tampoco...—respondió—... En serio no quiero dejarlo ir tan pronto.

La ventana de la habitación estaba abierta, por lo cual, se podía ver la brillante luna. Hermosa y enorme. Una luna llena preciosa en verdad.

—¡Tengo una idea! —exclamó la madre de Jungkook con una sonrisa.

—Te escucho...

—Jimin se irá en dos días aproximadamente —comenzó diciendo—. Pero dos días son perfectos para disfrutar de él. Podemos crear cientos de recuerdos con Jimin, aunque sea en sólo dos días...

—Me encanta tu idea —le dijo su esposo, acercándose a ella y dándole un pequeño beso—. Además, debemos encargarnos de que Jungkookie disfrute a su amigo lo más posible. Será difícil para él saber que Jimin se irá.

—Pero no le digas nada —intervino la mujer de inmediato—. Jimin me pidió que no dijera nada a Jungkook-ah. Él se lo hará saber, y confío en que sabrá cómo hacerlo.

Un amigo para el invierno. © | km.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora