El Empiezo

11 0 1
                                    

Él era Ezzio, un joven de 25 años, de buen porte, de contextura atlética, de piel canela y de mirada profunda; había llegado a nuestro país Perú, después de viajar por vía terrestre de su natural "Maracaibo", Venezuela.

Es así que lleno de esperanzas arribó a Lima, un 18 de mayo del 2017, hoy a casi un año de su llegada esta es su singular historia.

/// 

Se llama "Arequipa", la ciudad en la que probaré suerte, conocí en el viaje a otro grupo de compatriotas venezolanos, Gabriel y Valentina (una pareja de esposos), los contacté en el Terrapuerto de Lima, y decidimos viajar nuevamente y establecernos aquí, en la que los peruanos tradicionalmente le llaman "La Ciudad Blanca", El clima es benevolente con nosotros, no es como Lima; estuve unos días y, con el respeto a las personas que son naturales de la zona les digo que no me gustó lo húmedo de la misma, sentía que respiraba como en "mojado".

— Buenos días Ezzio, ¿Qué tal? ¿Cómo amaneciste? — Preguntó Gabriel—.

— Pues ahí "chamo", dormí bien pero igual espero encontrar trabajo pronto.

— Mira las cosas en este país están mejor que allí en Venezuela, así que toca "echarle pichón" ¿Correcto...?

— ¡El desayuno está listo...! — Se oyó la voz de Valentina en la habitación que conjuntamente habíamos alquilado.

Ellos eran buenos conmigo, será que las caí en gracia o no, el hecho era que me habían tomado cierta confianza desde el momento en que nos conocimos. El desayuno era un arroz con huevo, que sabía a "gloria" bajo las atentas manos de Valentina, la mujer de Gabriel.

Gabo como cariñosamente lo llamábamos en la casa, hace unos días había encontrado trabajo, estaba de ayudante en un taller mecánico y, siempre lleno de grasa por todas partes en especial sus manos las cuales Valentina su esposa siempre se esforzaba por asegurar que estuviesen limpias antes de ingerir los alimentos. Asimismo, la guapa mujer había encontrado empleo de vendedora en una Piñatería en el centro de la ciudad, aunque la paga no era tan buena ayudaba a poder mandar dinero a sus familias.

Por mi parte yo... había estado buscando trabajo en la ciudad repartiendo mi hoja de vida en cuanta empresa me había topado. Adicionalmente había tratado de vender caramelos en los "Buses" como les llaman acá en Perú, pero mi timidez frente al público desconocido pudo más que mi esfuerzo varias veces.

Mañana tengo una entrevista de trabajo en un "Gym", me llamaron justo hoy y, no debo de fallar, me propuse conseguir esta "chamba" a como de lugar.

Una oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora