Suponer... De eso se trata mi vida.

Capítulo uno.

Capítulo uno:

15 de marzo, 2015.

¿Asustada? Lo estoy, realmente bastante. Nunca había visto esta casa tan silenciosa, mi abuela no nos dice nada, sólo se queda ahí sentada, frizada como un videojuego.

Noto que llega tío Luis, mi abuela se para de repente y murmuran algunas cosas, mientra mis otros dos hermanos mayores, Layla y Larry están jugando en el piso.

- Nos vamos.- nos avisa abu.

Mis hermanos al igual que yo estamos desconcertados, pero de igual forma nos ponemos de pie y subimos al auto.

¿Que estaría pasando? ¿Por qué abuela ha estado tan intranquila en el transcurso del camino? Como siempre pienso lo peor. Me desciende una lágrima por la mejilla.

*****

Llegamos a un hospital y ahora la que esta intranquila soy yo.

Al entrar nos guían hacia una habitación donde se supone se encuentra mi papá, al llegar lo vemos en una camilla recostado con vidrios por toda la frente y mucha sangre descendiendo de esta.

Estalló a gritos al igual que mi hermana, me abraza como nunca, porque mi hermana nunca me había abrazado en mi corta vida, muchas lagrimas escapan por nuestros ojos.

- Ya mis niñas, no lloren estaré bien.- Nos dice papi una y otra vez.

•••••

Piiiiiiii, me siento extraña, escucho la máquina de un corazón que acaba de detenerse.

- ¡Abue! ¡No!- grito con muchas fuerzas.

- ¡No!- me levanto de golpe, produciéndome una terrible jaqueca.

- Ela ¿qué pasó?- pregunta mami quien entra rápidamente a mi habitación.

- No es nada, es que pensaba que me había llegado el periodo.- respondo, no quiero que ella se entere de estás pesadillas.

- ¿Estás segura?- me pregunta algo incrédula.- ¿No tienes que contarme nada que te haya pasado?

- Si mami, estoy segura y no, no hay nada nuevo que contar.

- De acuerdo. Pero apúrate que vas a llegar tarde a la escuela.- termina diciendo antes de salir de mi habitación.

- Odio los lunes.- gritó.

Me levanto de la cama y me dirijo a mi armario a buscar mi uniforme para después guiarme al baño. Tardó un buen rato, se siente bien no tener la presión de tener que ducharse rápido porque alguien está esperándote atrás, ya que mis hermanos están en la universidad.

Pero realmente no me estoy relajando mucho, porque vuelven los pensamientos de esa horrible pesadilla a mi mente, pero de inmediato trato de no entristecer, pongo música movible y me pongo a lo que yo creo que es bailar. Me muevo al son del ritmo.

Termino de ducharme y vuelvo a la habitación, me pongo el uniforme y bajo las escalaras para llegar al desayunador.

- Buen día padre.- saludo dándole un beso en la mejilla. Luego tomó asiento para desayunar.

- Buen día Elanesse.- me responde.

-¿Que haces aquí papá?- pregunto porque casi nunca viene a visitarme.

- Bueno, vine a llevarte a la escuela y platicarte algunos cambios.

- La escuela no está muy lejos y me queda tiempo, puedes empezar a hablar de los cambios que pasarán.