Capitulo 10

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  Y ahora fui yo la primera en colgar. Tomé mi bolso y mi abrigo del respaldo del asiento, entonces reparé en que hubiera ido a cambiarme de ropa, traía un traje sastre que no lucía muy seductor que digamos, suspiré y me puse en marcha al conocido hotel.

Eran las 8:25 y no había señas de él, resoplé y me dirigí a la salida, iba a mitad del lobby cuando lo vi entrar y mi corazón se aceleró de inmediato, jamás me imaginé que una persona pudiera alterarme de tal manera. Me sonrió seductoramente y en cuanto estuvo a mi lado me ofreció su brazo.

– Disculpa la tardanza, tuve un contratiempo.
– Entiendo – estaba aprendiendo a hablar poco con él.

Llegamos a la reconocida habitación, dejé mi bolso sobre la mesa y sentí como me abrazaba por atrás y pegaba su cuerpo al mío. Me besó el cuello mientras sus manos acariciaban mis senos por encima de la blusa. Me quitó el abrigo y me volteó, me miró con fuego en los ojos, en ellos había el mismo deseo que en los míos, me besó apasionadamente en tanto acariciaba mis nalgas y me pegaba a su cuerpo que ya estaba respondiendo a la pasión que nos consumía, yo lo sujetaba fuertemente por la espalda, para evitar que se me escapara, subió besando mi cuello, succionó el lóbulo de mi oreja y lo mordisqueó un poco, exhalando su tibio aliento.

– ¿Hiciste lo que te sugerí? – preguntó bajando su dedo por mi columna vertebral.
– Sí – exclamé con un hilo de voz.
– Demuéstrame como lo hiciste – susurró después de lamer mi oreja.
– ¿Qué? – pregunté contrariada separándome un poco de él para mirarlo.
– Quiero que te acaricies para mí – solicitó con una seductora mirada.

Estaba petrificada mirándolo, sus labios rozaron los míos y su aliento embriagador inundó mi boca hasta la garganta, mientras mi mente trataba de procesar su propuesta. Con un dedo recorrió mis labios sin quitarme la vista de los ojos.

– Anda, compláceme, quiero ver como lo hiciste – pidió de nuevo.

Entonces se sentó en la orilla de la cama, yo sentía que mi corazón se me salía por la boca, nunca antes había experimentado algo así, pero, él lograba sacar una parte de mí que desconocía que tenía, así que le sonreí seductoramente y comencé a desabrochar mi blusa mientras las yemas de mis dedos acariciaban la piel que iba quedando al descubierto. Él tenía sus ojos fijos en mí y esa era razón suficiente para estar excitada.

Le di la espalda y bajé la blusa de un lado, desnudando uno de mis hombros, después bajé la otra parte y acaricié mi otro hombro, finalmente me quité la blusa y la tiré al suelo, desabroché el sostén y me lo quité. Me di la vuelta con mis manos sobre mis senos que impedían verlos, me los acaricié con los dedos pulgares sin quitarle los ojos de encima, me masajeé los senos y después jugueteé con mis pezones apretándolos un poco y él colocó su mano sobre el bulto que se le marcaba en el pantalón, yo le sonreí, me agradaba demasiado ver que yo era la causante de esa erección. Nuevamente le di la espalda y bajé el cierre de mi falda que instantes después cayó al suelo, dejando a su vista mi trasero con un sutil tanga de encaje que comencé a bajar lentamente. 

ERES MI TENTACIÓN (BRUNO MARS & TUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora