Capítulo 18: Cameron.

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Capítulo 18

Cameron

 
Han pasado unos días después de la fiesta. Blake y yo estamos sentados en la cafetería almorzando. Todo el asunto se siente raro, nadie más nos está acompañando en la mesa y no es la primera vez que pasa, desde el lunes después de la fiesta esto nos está pasando y sabemos perfectamente el porqué de la situación.

Kurt se dejó de sentar con nosotros porque ahora almuerza con Bianca y esta sigue renuente a frecuentar conmigo. Jordan, por su parte, ha decidido almorzar de ahora en adelante con Jazmine y Liam, eso nos dejaba fuera de la ecuación porque Jazmine no quiere saber nada de mí y mucho menos de Blake. Alex, por su parte, prefiere almorzar con su amigo antes que conmigo y Blake. Lo que nos deja a los dos solos contra el mundo.

Claro que el asunto no está completamente mal. Ahora paso más tiempo con Blake y siento que cada día que pasamos juntos me acerco más a ella, lo que me tiene esperanzado.

La observo comer. Hoy lleva puesto un suéter de mangas largas gris que tapa los tatuajes de sus brazos, solo se asoma debajo de su manga el inicio del tallo de una rosa. Ese es un tatuaje impresionante que se extiende desde su brazo hasta su espalda. El tallo con espinas de la rosa rodea su brazo y al llegar al centro de su espalda se abre una rosa a la que se le caen los pétalos. Ese no es el único tatuaje de rosas que tiene; hay otro en su muslo, una rosa hermosa y grande que me dan ganas de tocar cada vez que la veo. Así también hay otras en todo su cuerpo, una en su cintura, otra en su muñeca y una pequeña en su pie.

—¿Tengo algo en la cara?

Su voz me saca de mis pensamientos y la miro a los ojos.

—¿Qué? —digo desconcertado.

—¿Tengo algo en la cara? —repite—. No has dejado de mirarme en todo el rato.

Niego.

—No tienes nada en la cara, solo estaba pensando.

—¿En qué pensabas? —pregunta curiosa y yo le sonrío.

—En lo solo que hemos estado estos últimos días.

Ella mira a su alrededor para comprobar a los faltantes de esta mesa y luego resopla, observándome de nuevo.

—Es una mierda, siento que estoy en medio de una riña de esas que se arman los niños de primaria. —Se cruza de brazos molesta.

—Me siento igual. —Me inclino sobre la mesa, apoyándome en mis codos.

—Creo que le daré una visita a mamá hoy. —Se recuesta en su silla y mira hacia otro lado—. Hace días que no voy a verla, he estado esperando por Kurt pero el idiota está muy ocupado recuperando el tiempo perdido con Bianca.

—¿Siempre vas con él?

Ella vuelve a mirarme.

—No, a veces voy con Bianca o sola, pero él me dijo que iríamos juntos y al parecer no se acuerda de nada.

—Si quieres, yo puedo acompañarte.

Al momento en que lo digo me dan ganas de salir corriendo para no tener que oír su negativa. Sin embargo, ella no responde de inmediato. Se lo piensa unos segundos, sin quitarme la vista de encima y sin expresión alguna en su rostro. Cuando pasa más tiempo de la cuenta, pienso en retractarme, pero ella por fin habla.

Solo Tú © -Serie Solos, Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora