Capítulo 21: Blake.

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Capítulo 21

Blake

Estoy desesperada, no sé que hacer.

¿Debo seguirlo y aclararle las cosas o dejar todo como está?

El dolor dentro de mí me está matando. Siento que una herida se abre en mi pecho y se hace más grande a medida que el auto de Cam se aleja. Las lágrimas empiezan a correr en mis mejillas.

Soy la peor persona del mundo, Cam no se merece lo que le he hecho, él es la mejor persona que he conocido, creyó en mí, vio más allá de mi fachada de mujer fatal.

Me maldije a mí misma por ser tan tonta. De no ser por la estupidez de pensar que estando en los brazos de alguien más lo habría olvidado, todo estaría bien. ¡Por Dios! ¿En qué momento me volví tan perra con los que me quieren de verdad? Porque Cam me quiere, o me quería.

Ese último pensamiento me quema por dentro. Ahora él debe estar odiándome y me lo tengo bien merecido, pero me arde el pecho al saber que ya no tengo su cariño conmigo.

Estoy enamorada de él.

Lo supe en cuanto ese chico me tocó y mi conciencia me gritó que era una infiel. Por supuesto, no quise aceptarlo y seguí con mi experimento. Ahora que lo veo claramente me doy cuenta de cuán estúpida soy.

En cuanto mis ojos se toparon con Cam en plena huida, lo supe; cavé mi propia tumba probando una tontería. Lo seguí y traté de alcanzarlo pero fue inútil, él ya estaba en su auto cuando pude alcanzarlo y ni siquiera pudo mirarme a la cara.

—Sabía que esto iba a suceder —susurro a la nada.

Y es cierto. Desde un principio supe que acabaría rompiendo su corazón, y también acabé rompiendo el mío en el proceso. Me lo habían advertido, mi hermano me lo advirtió, Alex me lo advirtió, la propia Jazmine me lo dijo, y yo no hice caso a lo que me dijeron. Fui una egoísta y seguí adelante con esto que terminó por rompernos a ambos.

No sé cuánto tiempo me quedo ahí parada, tuvo que haber sido bastante rato, porque cuando Alex y mi hermano aparecen, ya la pelea se llevó a cabo.

Ambos me ven con lástima y no puedo soportarlo.

—Vamos. —Me limpio las lágrimas—. No quiero estar aquí.

Todo el trayecto a casa transcurre en silencio. Cuando llego por fin a mi habitación, me tiro en mi cama y lloro.

Lloro toda la noche, dormía por pequeños lapsos de tiempo y luego volvía a despertar llorando de nuevo. Puedo quedarme profundamente dormida cuando está amaneciendo.

Mi hermano vino a verme antes de irse a la universidad y luego volví a dormir.

Es medio día cuando decido levantarme. Voy directa al baño para darme una ducha, me desnudo y me quedo frente al espejo. Estoy horrible, tengo ojeras de mapache y los ojos hinchados de tanto llorar.

—Tú misma te hiciste esto —le reprocho a mi reflejo antes de meterme bajo la ducha.

Una vez termino, voy directa a la cocina y me preparo un sándwich. Luego me dirijo a la sala y pongo a reproducir música de mi teléfono. Como la masoquista que soy, me decanto por las canciones tristes para recordarme lo estúpida que soy.

Solo Tú © -Serie Solos, Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora