Thor.

Hijos y mascotas.

La frase referida a que tanto tener hijos como perros es lo mismo, se puede interpretar de manera correcta o errónea. Por supuesto, se va a tener muchísimo más en cuenta la vida de un niño, ya que un perro no puede llegar a ser algo en la vida. Aunque eso es de cara a la sociedad, porque en la intimidad, en tu vida, te das cuenta de lo mucho que puede llegar a ser para ti un perro, o una mascota cualquiera. Y ahí es cuando aprecias de verdad su vida y le tratas como a un humano. Bueno, los humanos somos una especie animal, así que ten en cuenta que ellos te van a considerar de su especie, un perro más. ¿Por que no nos podemos tratar sin intentar disfrazarnos, como perro y humano?

Me hace gracia el término mascota. Se supone que a tu "mascota", le alimentas, paseas, le das un sitio donde dormir, le proporcionas cuidados y medicina, e incluso juegas con ella y le educas. Un hijo es lo mismo, bueno, claro que hay diferencias, pero la base de los cuidados es la misma. ¿Acaso no podemos considerar mascotas a los hijos, o hijos a las mascotas?¿Acaso una persona no puede sentir un amor tan fuerte por otro animal como a un hijo?

La gente dice que los humanos somos más listos que otros animales, pero debemos tener en cuenta nuestro mundo y el suyo. Ellos no pueden hacer lo que nosotros hacemos, pero nosotros tampoco podemos lo que ellos hacen. La educación es la base de los animales, los cimientos que sostienen toda su personalidad. Si tu educas a un hijo de manera incorrecta, los cimientos de tu hijo se acabarán desmoronando. Si educas mal a un perro, acabará atacando a otros animales e incluso humanos. Romperá cosas y puede resultar hasta problemático. Tanto si educas bien a un hijo, como si educas bien a un perro, disfrutarás los frutos de a ver construido los mejores cimientos para ellos.

He tenido muchos perros, pero todo el mundo muere, no hace falta ningún motivo en especial. Simplemente amanece un día y... ocurre. En mi vida ninguno de mis perros le ha hecho un solo rasguño a nadie, siempre han sido muy mansos y precavidos. Sin embargo, he visto a muchísimos perros mal educados, pero tambien los he visto bien educados y mansos. Pero hay a veces que aunque estén bien educados y parezcan callados, son como una trampa, invisibles durante un tiempo pero en algún momento se activan y hacen mucho daño a su al rededor. Mi hermano acogió a un Boxer como yo acogí a Thor. Era un Boxer hermoso y fuerte, de carácter rígido y difícil de moldear al ser tan mayor, pero nada agresivo. Lo encontró apaleado, acurrucado en la esquina de un callejón. Sabía que llevaba mucho tiempo vagando por las calles, buscando un refugio que le protegiese del frío y algo que llevarse a la boca. Tenía una pata rota, magulladuras variadas y se apreciaba una clara falta de alimento. Cuando mi hermano lo acogió sin dudarselo un solo momento, no tenía ni idea de que preparó su propia trampa. Durante un año lo cuido mejor que nunca le habrían cuidado, y él y su hijo lo llegaron a querer y tratar como a un humano. En mi familia nunca hemos temido a los animales, y siempre les hemos dado el mejor trato posible. Un día como cualquier otro, Chop (así lo llamó mi hermano) estaba jugando con el hijo de mi hermano, Mike. Cualquiera que no conociese a Chop, correría alarmado al ver a un perro de tal magnitud encima de un niño de seis años. Nadie lo sospechaba, nadie lo esperaba, nadie estaba preparado cuando la trampa de Chop saltó, y por desgracia, se accionó encima de aquel inocente niño que se adentraba en las fauces de su querido perro. Hasta ese día Chop no había mostrado ningún comportamiento agresivo, de hecho, y por increíble que parezca, jamás le hemos oído ladrar. Pensamos que sería mudo o tendría un problema en las cuerdas vocales, pero estaba perfecto. Simplemente no ladraba porque no quería.

Aquel día Chop le arrancó el dedo índice izquierdo y el pulgar derecho a mi sobrino. Fue todo instantáneo, apenas necesito esfuerzo, como si estuviese mordisceando un currusco de pan. Nuca hubo motivos para tener vigilado a Chop con Mike. Cuando oímos sus gritos agudos y perturbadores, corrimos y en cuestión de milésimas nos plantamos allí, observando la escena. Nunca había visto algo tan perturbador que un niño tirado en el suelo bajo una escena de sangre y dedos desperdigados. Mi hermano corrió y agarró del cuello a su perro, y yo me llevé a Mike a la casa, y con miedo cogí los dedos y los guardé en hielo. Pero Chop destrozó los huesos con sus fauces... y ahora ha sufrido grandes burlas por estar tullido. Mi hermano es de gran juicio, cuesta mucho que pierda los nervios, y esta vez los había perdido. Nadie sabe cuando los pierde, puesto que siempre se queda muy quieto y silencioso, como si se hubiese evadido de su cuerpo. Aquí puede pasar cualquier cosa. Mi hermano nunca le mataría o abandonaría, como ya sabéis les consideramos humanos. Y él nunca mataría a su hijo ni lo dejaría tirado por nada que hiciese. Estaba confuso, no sabía que castigo imponerle. Así que tras una hora mirándole como ladraba poseído por alguna fuerta extraña atado a su caseta, decidió activar su trampa. Vió justo dejarle tullido y amorfo, como él dejó a su hijo. Creo que quizás hubiese castigos mejores, pero para él en aquel momento le pareció la mejor manera de igualar los daños. Desde aquel momento volvió a ser el mismo, manso e inofensivo, y sigue en casa de mi hermano, jugando y recibiendo el mismo trato como si nada hubiese ocurrido. Somos raros sí, pero lleva diez años con su trampa oxidada. No nos hemos olvidado de lo que ocurrió, y de hecho Chop está vigilado siempre. Desde aquel día Chop ha sido el perro más silencioso y solitario de todos. Desde aquel día Chop no volvió a ladrar.

Ese día mi hermano ató lo mejor que pudo a Chop y le cortó la lengua.