Día 1

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Madrid, 24 de Julio, 8:24

Comedor del Dos Castillas. Puesto de control avanzado.

– ¿Cuál es la situación, sargento?

– Se han bloqueado los accesos al puerto y el espacio aéreo está cerrado en esta zona. Por lo demás varias unidades del Seprona y del GREIM de la Guardia Civil patrullan el monte en busca de posibles furtivos.

– ¿Han podido restaurar las comunicaciones?

– No señor, esa cosa bloquea cualquier emisión de radio en un radio de un kilómetro a la redonda. Sólo podemos usar telefonía fija.

– ¿Prensa?

– Controlada dentro de lo posible. No pueden acercarse pero la esfera es visible desde lejos y es casi imposible evitar que se tomen imágenes. ¿Preparamos un comunicado oficial?

– Aún no – el capitán estaba preocupado – Esperemos a ver en qué queda el encuentro. Avisadme cuando llegue la delegación de la ONU.

El militar salió del puesto avanzado. Todos los civiles habían sido evacuados y el despliegue de medios era ciertamente impresionante; uno no establece contacto con una civilización alienígena todos los días. Se subió al Patrol que le estaba esperando y comenzaron a subir la montaña.

La esfera seguía posicionada en el mismo sitio. Vista de cerca impresionaba por su enorme tamaño tanto como por el extraño brillo de manaba de su superficie. Fuerzas del ejército bloqueaban todas las sendas que permitían llegar al objeto y un par de helicópteros sobrevolaban la cumbre. Se habían dispuesto varias cámaras para grabar el encuentro desde distintos ángulos. Entre el capitán y sus acompañantes y la esfera sólo se interponían tres personas que les estaban esperando de pie en el sendero. Hacía mucho frío cerca de la esfera.

– Buenos días. Soy el Capitán Jurado de las Fuerzas Armadas.

– Buenos días capitán. Yo me llamo Antonio García y ellos son Eva Luque y Juan Higueros.

– ¿Cómo han terminado metidos en todo esto? – en ese momento se percató de un extraño punto brillante en la frente de los tres jóvenes.

– Subimos aquí anoche – respondió Eva – y al poco de llegar aparecieron ellos – señaló a la esfera. En ese momento disminuyó su brillo y a través de la pared se empezaron a vislumbrar dos siluetas humanoides. Los soldados se pusieron en alerta pero el capitán alzó la mano. Debían mantener las posiciones.

– Sus intenciones son pacíficas, capitán – volvió a hablar Toni – Parece que han tenido una especie de... "problema" que están arreglando antes de seguir su camino.

– ¿Una especie de problema? – habló uno de los militares que acompañaban al capitán.

– Él es el Teniente Salgado – intervino el capitán – Explíquense.

– Verán, no es fácil – hablaba Juan. Los tres amigos intercambiaron sus miradas antes de continuar – No hablan, se comunican mediante algo parecido a la telepatía.

– Nos han implantado esto – dijo Eva señalándose el punto brillante de su frente – para intentar que captemos sus pensamientos y ellos captar los nuestros, pero a veces es complicado. No emplean palabras como nosotros, son como imágenes, sensaciones... quizá alguien más preparado que nosotros pudiera establecer un diálogo más fluido con ellos.

– Quizá podamos hacer algo al respecto – la mirada del capitán saltaba constantemente de los chicos a las sombras que se intuían en segundo plano, no terminaba de gustarle todo aquello – Viene de camino una delegación con expertos de la ESA. ¿Qué necesitan para reparar su nave?

Unos segundos de silencio.

– No necesitan nada – En ese momento las siluetas de los dos alienígenas se desvanecieron y nuevamente aumentó el brillo de la esfera.


Madrid, 24 de Julio, 20:57

– ¿Cómo que han desaparecido dentro de la nave? – el Capitán Jurado golpeó la mesa. No era lo que esperaba oír. Las miradas de la delegación de la ONU mostraban gran preocupación cuando los traductores les dijeron lo que pasaba.

– Parece que cuando el equipo de la ESA llegó junto a la nave, los embajadores – ese era el identificativo que les habían asignado a los tres jóvenes – les invitaron a acompañarles y se introdujeron todos en la esfera – respondió el teniente.

– Lo tenemos todo grabado ¿verdad?

En ese momento entró en la sala otro soldado.

– Con su permiso, capitán – dijo a la par que saludaba a sus superiores – Le están esperando para la videoconferencia en el puesto de Cercedilla.

Mientras el capitán Jurado acudía a la reunión con la cúpula militar y el gobierno, y la opinión pública debatía acaloradamente en los medios y redes sociales sobre si este suceso era una oportunidad o un peligro para la raza humana, dos comandos aprovechaban la oscuridad y rompían el cerco de control; Comando Uno desde la zona de Peñalara y Comando Dos desde el cercano pueblo de Navacerrada.

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