2.Arian

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Nuestras miradas dejaron de hacer contacto en cuanto la gente empezó a aparecer en mi campo de visión. Forcejee con el tipo que me llevaba a rastras pero fue en vano me traía maneado, él abrió una puerta y me lanzó a través de ella, choque contra el asfalto al caer de boca me reincorporé sacudiéndome la ropa, sin importarme entre de nuevo al bar.
¿Quien era esa mujer? ¿que era y por que era así?, sus ojos solo mostraban frialdad y rencor, por un segundo temí que me matara enserio, debía volver ahí. Entre al bar y me dirigí al privado donde se encontraban Lucas y Lino.
- ¡hey, ahí estás Arian!- exclamó Lucas en cuanto me cruce por su campo de visión-Joder ¿que te pasó bro?.
No quería hablar de lo ocurrido con esa tal lana, pero sabía que podía confiar en Luca.
-tuve un altercado con la dueña del bar- le comenté sin más.
- ¿la dueña?- me preguntó el seco y con sorpresa.
- si se llama lana, la agarre en la pista de baile creyendo que era una mujer cualquiera pero no es la dueña del bar, y me hizo esto- le señalé mi cara golpeada el me miro y el se incorporo de su lugar.
- ¡vamos a partirles la cara!- exclamó el, avanzando.
Me acerque rápidamente a él y lo agarre por el hombro, Lucas estaba loco y yo no quería más problemas con esa mujer.
-No, no quiero más problemas Lucas- le dije autoritario a lo que el simplemente asintió y tomó asiento.

Lucas tomó el contenido del vaso que había en la mesa y volvió a tomar siento al igual que yo, el observo un par de segundos a mis espaldas y volvió a mirarme.
-Es una mujer muy guapa, pero peligrosa por lo que veo, imagínate que tener tres bares en la ciudad, ¿es ella verdad?.- me dijo Lucas observando a mis espaldas.
Volteé a ver y en efecto ahí estaba Lana, estaba hablando con un hombre de traje azul marino, ella estaba gritándole podía notarlo por sus gestos y movimientos sus manos volaban por los aires haciendo ademanes y varias veces se alejaba el cabello del rostro y lo colocaba detrás de su oreja, mis pensamientos volaron hasta el hecho de que oíamos hablar de Lana pero creíamos que era un tipo con un apodo muy raro y no al final resultó ser una mujer. Volví a mirar a Lucas el me estaba observando curioso.
-Si, Es guapa pero miserable, quiso matarme y no tiene nada de piedad-Le dije a Lucas y tome lo que había en el vaso que estaba enfrente de mi y sentí como quemo mi garganta al pasar.
-No te mato y no lo hará Arian, puede ser muy mala y lo que ella quiera pero es una simple mujer al final del día-me dijo Lucas con algo de desprecio en su voz.
Volteé a ver y Lana ya no estaba ahí, se había marchado.
Mis pensamientos vagaron hasta el recuerdo de esos ojos verdes que aún tenía grabados en la mente, me miraba con furia y odio como si de verdad me odiara y me conociera hace mucho. Despeje de mi mente aquel pensamiento ya estaba cansado y me dolía el cuerpo.
-Solo quiero llegar a casa y descansar, hoy fue una noche que no tenía planeada ¿y Lino?-le pregunté a Lucas, recordando que hace rato él estaba aquí.
-se fue hace un momento mientras mirabas a Lana- me comentó Lucas riéndose burlón.
-Bueno yo ya me iré disfruten la noche y pagas tú- solté mientras empezaba a caminar a la salida, Lucas me saco el dedo medio y me empecé a reír.

Camine hasta donde se encontraba mi jeep, saqué las llaves del bolsillo de mi pantalón y fue entonces cuando me di cuenta que no traia mi chaqueta, joder y era nueva, se debió quedar en la oficina de Lana pensé enojado recargue mi cabeza sobre mi brazo que estaba recargado en el jeep al fondo escuche voces volteé a mirar y ahí están Lana abrazando con euforia a un tipo alto vestido de traje, el le dio un beso en las manos y empezó a caminar alejándose de ella, ella subió por una de las puertas de atrás de la camioneta escalade negra que tenía enfrente y dos tipos vestidos de negro subieron en los asientos de enfrente después de cerrar la puerta por donde ella subió. Subí a mi jeep y la camioneta de lana se detuvo a un lado, una de las ventanas de atrás se abrió dejándome ver a una lana del rey ebria.
-Se te ve fatal el color morado en la cara-soltó lana clavando sus ojos en mi rostro observé cómo pasaba de verme a los ojos y después a mis labios.
Sentí molestia al escucharla burlándose de lo que me había hecho No podía dejar que ella me agrediera.
-A ti se te da fatal creerte una colegiala, ¿cuantos años tienes 40?-le solté ahora yo-sin ofender claro.- agregue al ver que sus ojos verdes se abrieron en sorpresa.
Sus ojos se oscurecieron y a pesar de que había poca luz vi como su rostro se desencajó.
-¡A ti no te importa mi edad!-exclamó ella con furia.- De seguro en tu brillante educación de Niño rico que imagino que eres no te enseñaron el respeto hacia las mujeres-agregó segundos después sin mirarme

-Pues a ti no te importa si se me ve bien el ojo o no-le escupí, con rabia también.- Y claro que tengo una muy buena educación pero es con las mujeres de clase que no necesitan amenazar con un arma.- le exclamé regalándole una sonrisa de lado.
-anda y ve a llorarle a tu papi bebé- dijo ella y el vidrio de su ventana empezó a subir tenía ahora una cara de joker que la hacía lucir malvada, su camioneta empezó a alejarse.

Le di un golpe con los puños al volante de mi camioneta, esa mujer me sacaba de quicio, moría de ganas por saber si en realidad era tan dura como hacía notar.

Inocencia perdida +18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora