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🎄 «Epílogo: Navidad con los Wu» 🎄

— ¡Bàba, despierta, bàba! ¡Es Navidad! —

La potente exclamación que se filtra en sus oídos como un estruendo infantil difícil de ignorar, resuena entre las paredes de aquella bonita — y amplia — habitación mientras el movimiento comienza a suscitarse a la altura de sus pies cuando Jongdae se las ingenia para trepar en la cama.

Abajo, con ambos brazos estirados y esa mirada dolorida — que el mayor sabe no va a desaparecer — Sehun aguarda hasta que su hermano se digne a ayudarlo y una vez arriba tarda sólo unos segundos en andar a gatas hasta donde los dos adultos que intentan dormir un poco más.

En el reloj digital, los números indican que pasan de las siete y afuera, un sol que apenas está asomando para calentar parece coincidir con su idea de dormir un poco más, realmente no está de más. Según el calendario el frabulloso día ha llegado y como cada año desde que ambos recuerdan, Navidad ha aparecido llevando consigo el aroma del ponche — con todas esas deliciosas frutas —, una deliciosa cena y por supuesto, los regalos.

O al menos, una de aquellas tres cosas al hogar de los Wu.

— Depieta, bàba. El goldo vino y tajo mucho regaloth — murmura Sehun al acariciar las mejillas del Junmyeon y Yi Fan, mientras Jongdae se dedica a pegar de brinquitos a orillas de la cama porque es un niño de siete años después de todo y nada le hace más ilusión que despertar y observar junto a los demás el pie del árbol que ha sido tapizado de regalos.

— ¡Vamos, vamos! ¡Tienen que venir a abrir los obsequios con nosotros! — lloriquea un poco el mayor cuando finalmente, ambos adultos parecen desistir de todo intento por conciliar el sueño y comienzan a espabilar para ponerse las batas y bajar a la sala a acompañar a sus hijos.

— ¿Así que el viejo panzón trajo regalos? — sonríe Yi Fan, tomando a Sehun entre sus brazos y dejando un tierno beso en sus regordetas mejillas.

No hace ni dos días que creyó haber perdido a su pequeño cachorro y al menos hasta que el muchacho comience a renegar, en un largo par de años, él orgulloso padre pretende asfixiarle con todo su amor.

— ¡Mutos, mutos regaloth, bàba! — ríe el menor ante las caricias.

— ¿En serio? ¿Y ya han abierto alguno? — negando con la cabeza, ambos niños comienzan a dar de brincos de la emoción cuando Junmyeon se pone de pie y sus palabras anuncian lo que esos dos han ido a hacer — ¡Pues vamos allá! —

Sin soltar a Sehun y sintiendo a Jongdae apurar al rubio, cuando su pequeña mano tironea ligeramente del cinturón de su bata, los dos padres se las apañan para llegar hasta la planta baja donde todos los demás chicos ya se encuentran apiñados. Tan brillante como el día que entre los doce se encargaron de montarlo, el árbol de Navidad parece despedir un halo de belleza mayor con todos los obsequios envueltos que Santa Claus se ha encargado de acomodar.

Desde cajas tan pequeñas — que ninguno de los niños desea recibir como suya — hasta envoltorios tan grandes — que Baekhyun y Kyung Soo ya han empezado a pelear por ver quien los ha recibido — Yi Fan y Junmyeon se han esmerado aquel año en llevar hasta su hogar todas esas preciosas cosillas. Y es que por supuesto, un viejo panzón no se ha de llevar el crédito de nada.

Luego de su aventura fallida en el centro comercial — y del intento de homicidio de Junmyeon al enterarse este que había perdido, momentáneamente, a Sehun — ambos adultos habían tenido que echar mano de la ayuda de Taeyong — el niñero de los chicos — y de la siempre invaluable colaboración de sus asistentes personales.

Viajando en la camioneta por cuanta tienda y centro comercial — no el central al que habían ido en familia — conocían, Yi Fan había jurado tomarse lo que restaba de semana para descansar porque hacer las compras para consentir a diez niños, sinceramente, era todo menos fácil.

Con toda la sabiduría que caracterizaba a un hombre como Junmyeon, haber cumplido con las misivas en años anteriores nunca había sido tan difícil ya que por esos ayeres, sus hijos no sumaban diez. No obstante — y ello realmente volvía toda esa aventura algo particularmente agradable —, ninguna otra Navidad había sido tan esplendorosa como cuando montó a sus diez retoños en sus asientos del auto para ir al centro comercial.

Aquella mañana — luego de haber sido arrestado, recorrido la mitad de la ciudad para encontrar otra sede de GUCCI y haberse tumbado a dormir hasta que casi pasaban de las tres — el rubio podía asegurar con muchísima más fuerza que verdaderamente, aquella era su mejor Navidad.

— ¡Este es mío! — exclama Chanyeol al encontrar un paquete de envoltorio azul brillante, que luce realmente largo y pesado. Acercándose para ayudar, Yi Fan se deja caer junto al pequeño para desenvolver el obsequio y es cuando el dibujo en la caja se deja apreciar que su hijo estalla en grititos de alegría.

— ¡Un sintetizador! ¡Santa me ha traído un sintetizador! ¡Ahora sí podré practicar! —

— Pero nada de estar tocando hasta tarde, ¿eh, Yeol? — le detiene Junmyeon a sus espaldas, con Jongin aguardando porque termine de quitarle el moño al oso grandote que ha recibido — Tienes que tocar cuando tus hermanos no estén durmiendo —

— Sí, appa. Tocaré en las tardes. Después de la escuela —

— ¿A ti que te trajo Santa, Xing? — pregunta entonces Yi Fan y pasa solo un segundo cuando su hijo se vuelve para mostrar el pijama de unicornio en que está luchando para meterse.

— ¡Ah! ¡Un unicornio! — estalla Luhan junto a Minseok. Ambos han recibido equipo para jugar al futbol pero no por ello pierden tiempo para bromear con su hermano — ¿Dónde está Xing-Xing? Hace un segundo estaba aquí —

— ¿Sr. Unicornio, ha visto a mi hermanito? — se une Kyung Soo y Yixing parece sonrojarse cuando se pone correctamente el gorrito de su pijama y se inclina para decir que:

— Soy yo, Soo. ¿Verdad que soy un unicornio muy guapo? —

Sacando tantos juguetes como pueden, vistiendo prenda tras prenda — porque Junmyeon insistió mucho en comprar ropa para los niños — y casi siendo golpeados cuando Jongdae y Chanyeol descubren los sables láser de Star Wars, Yi Fan y Junmyeon son todos sonrisas y exclamaciones de sorpresa mientras sienten el sueño esfumarse de poco en poco y un cálido sentimiento recorriendo sus pechos.

Definitivamente, el sueño que tuvieron al contraer matrimonio y charlar un día a mitad de la noche sobre los planes de familia que tenían, se han vuelto realidad. Su gran familia ruidosa y traviesa, repleta de personalidades como de gustos y mañas — incluyendo las suyas — está ahí y eso, estuvieran los obsequios o no, es lo mejor que les ha podido pasar.

— ¿Dónde está Thejún? — pregunta entonces Baekhyun, apenas caer en la cuenta de que hace falta el menor de todos y tal vez sea un acto reflejo o el instinto de hermanos mayores lo que lleva a Minseok, Chanyeol y Jongdae a buscar con la mirada por toda la sala.

Con una risita burlesca y un dedo apuntando hacia la puerta tras el sofá — la misma que lleva al jardín trasero — Yi Fan señala al pequeño se yace a gatas mientras les da la espalda y gruñe bajito antes de reír. Al frente, uno de los obsequios se está moviendo y es que, el último paquete que ha llegado para Sehun es una jaula de tela negra que deja atisbar entre la malla a un cachorrito de pelaje blanco inmaculado.

— ¿Te ayudo con eso, campeón? — sonríe Luhan, mientras se acerca y abre la jaula. Al instante, el perrito que ha sido metido y que ha despertado para jugar con su nuevo dueño, sale disparado contra Sehun que ríe y gatea mientras disfruta de su nueva mascota.

— ¡Perrito! — exclama Jongin antes de salir corriendo detrás de su hermano. En la sala, Junmyeon y Yi Fan disfrutan de su mañana mientras contemplan a sus hijos. Por supuesto, los empleados han sido liberados para disfrutar de la fecha con sus respectivas familias y puede ser que en la cocina queden muy pocas cosas para gozar de un desayuno en toda regla, sin embargo, ¿para qué sino se ha hecho el dinero?

— ¿Quién quiere comer pollo frito? — cuestiona Yi Fan, recibiendo exclamaciones y más de un abrazo. No es normal que los Wu consuman comida a domicilio, pero es más que cotidiano que las cosas normales no sean de su estilo. 

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¿Y dónde está Thejun? | KrisHo Ft. EXO ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora