Cartas que nunca se entregarán.

Promesa Rota.

26/10/17.

Para: “Un padre ausente.”
Hola, ¿Cómo estás? Yo... Yo estoy “bien”, pensando un muchas cosas, esperando otras.

Seguro sabes que día es hoy y si no recuerdas te ayudaré a hacerlo, hoy es mi cumpleaños, sí, hoy es ese día en el que hace años me prometiste que estarías presente, he esperado día tras día, año tras años poder verte cumplir esa promesa, pero la esperanza se fue hace tiempo atrás, han pasado 8 años y yo ya he crecido, antes tus dos hijos, jóvenes llenos de vida ahora son hombres de familia, correctos y yo ya soy una adolescente.

El tiempo a influido en todos, mamá ya tiene canas en su cabellera antes negra, tus hijos se casaron y ambos tienen su propia familia como ya lo dije... Y yo... Yo sigo buscando mi camino, buscando mi destino, he tenido caídas y me he levantado.

Hoy en el que sería uno de los días más felices de mi vida, estoy esperando a verte, estoy esperando a que entres por esa puerta, me abraces y des consuelo a mis penas, pero aunque me duela se que eso no pasara pues se que tienes cosas más importantes que visitarme.

Supe que te casaste nuevamente y tuviste otra hija, espero que la pequeña tenga lo que yo no tuve, no le deseo el mal pues después de todo es mi hermana.

La promesa... aquella promesa se fue por la venta junto a la esperanza, escaparon una noche al mirar a la luna llorar, esa noche algo en mí se rompió.

Quisiera que supieras todas las cosas que han cambiado desde que no estás.

Mi mente a madurado y hoy se qué, la mejor manera de no fallar a las promesas es no hacerlas.

Atte: La niña de la promesa.