thin lips ;

02

De un momento para otro, no recuerdo como, estaba agarrando su mano y acercandome más a ella. Luego de salir de mi estado y recordar todo, esto había pasado de la siguiente manera: después de una semana de mi primer día de clases, me percaté de que la única ''amiga'' que tenía era Ana, y aunque sea un medio para acercarme a ella, no me gustaba, yo no quería ser su amiga, no quería que me contara que tipo de chicos le gustaban, no quería saber si alguien sacudida su corazón o que lindo muchacho había empezado a hablarle. Realmente no estaba segura si podía soportar eso, entonces decidí ser directa, si, ser directa después de una semana. Una semana. Suena poco ¿no? Si, bueno, no lo pensé en ese momento.
Estaba muriendo de ansiedad en el curso, quería que ella me mirara, quería que notará que estaba ahí, en ese momento no se me ocurrió otra idea que ir con ella al baño y decirle, aunque llorara tenía que ser valiente.
Entonces íbamos caminando por los pasillos en dirección al baño hasta que agarré su mano de una manera algo desesperada y bruta y lleve su cuerpo a una sala vacía de profesores donde se solían hacer reuniones. Todo estaba a oscuras, eran las 9 a.m, segunda hora de clases, llovía, la escena era merecedora de un anime. La senté sobre una mesa, aunque yo sea más bajita ella no quita que tenga fuerza y que ella apenas pese 40 kl. A pesar de que la luz era muy poca, podía ver claramente sus pecas con la iluminación tenue que venía de las ventanas. Me paralice, de un segundo a otro me estaba preguntando que se suponía que estaba haciendo. Puse mi mano en su mejilla, pude sentir su suave piel estaba a punto de acercar mis labios hasta que me pasó algo tan estúpido, algo que no tomé en cuenta y cuando supe que era me quería matar, así que no tuve otra cosa que hacer que salir, me fui caminando rápido de esa sala, con la poca dignidad que tenía.
Fui al baño y me metí al primero que encontré y pude comprobar lo que me pasaba. Me bajó. Tomé mi celular y con los 5$ (argentinos) que tenía de crédito llamé a mi mamá para que venga a traerme tampones. La mujer me dijo que no sabía si iba a poder, estaba tan relajada y yo me estaba casi por morir, por tener un ataque de pánico o de ansiedad.
Me quedé encerrada en el baño hasta que llegó la preceptora al baño y gritó mi nombre, salí algo desesperada pero a paso lento del baño para tratar de disimular mi desesperación.