wet dreams💦↷ ushiten

ᴅᴏꜱ🐣

Toda la vida de Ushijima, al menos hasta ese momento, había girado en torno al Volleyball.

Entre un montón de prácticas con su padre cuando aún era un inocente y tierno niño, descubrió que era muy bueno en el deporte. Tanto así que cuando su madre y su abuela se unieron para separarlo del lado de su padre (pues según ellas ese hombre sólo significaba una mala influencia), se aferró con demasía a él. No había tiempo para intentar hacer amigos, para tener una novia o salir un día a ver una película y comer un helado, no señor. Únicamente Volley.

Se despertaba, salía a correr tempranísimo para mantener su forma, luego se tragaba todo el desayuno porque no podía permitirse no hacerlo y luego volverse delgado, y luego en el colegio donde aún si ocultaba todo tras su seria mirada, lo único en lo que realmente pensaba era en cuánto faltaba para que el reloj por fin dictase la hora de salida y el pudiese ir al Gimnasio a entrenar.

Había sido algo así, hasta que por asuntos de la vida había terminado en la Academia Shiratorizawa. No le asustaba para nada estar ahí, sabía que ahí estaban los mejores y también sabía que él era uno de ellos, o lo sería muy pronto.

No se esperaba nada de lo que realmente logró encontrar ahí.

El equipo anterior en el que había estado era fuerte, en cuanto a práctica. Pero no había ninguna clase de conexión, en ese grupo, ninguno era amigo del otro. Todos eran jugadores, y querían ser mejor que el otro y ninguno estaba dispuesto a ayudar a otro y por eso quedarse más atrás que los demás. Él se apegó a eso.

Y luego llega, y de lo primero que se encuentra es a Satori Tendou y su muy buen gusto para expresar siempre lo que desea aún si por eso importuna a alguien. Y así como el chico pelirrojo de mirada atemorizante se volvió su amigo, no tardó mucho en acercarse aún más al resto del equipo. Sí era cierto que todos eran unos profesionales, una excelencia, ellos eran los peces gordos de la pecera y los demás eran pequeños renacuajos, tal vez ni eso, ¡ellos eran tiburones!...

Pero lo cierto, es que su equipo estaba conformado por un montón de estúpidos. Que se veían serios y a la vez geniales pero de verdad eran sólo adolescentes normales con sus cualidades algo anormales...

Goshiki que era un cinnamon roll*, y el hijo del equipo, y no entendía mucho de lo que pasaba a su alrededor y era muy patoso. Shirabu, a quién su mamá le cortó mal el pelo por ahorrarse al peluquero. Reon, quien vendía (i)legalmente ofertas de farmacias a ancianitos y además se decía que en verano se hacía la permanente rubia y luego se cambiaba el color para que no lo molestasen. Kawanishi que en secreto era fan de Gossip Girl. Semi que anónimamente escribía fanfics. Y Hayato que era metalero. Ni había que mencionar a Tendou, porque bueno, él ni siquiera lucía como un tipo "profesional", sino más bien como todo un trickster*.

Al menos eran estúpidos en los que en el último tiempo, se dedicaría a confiar plena y totalmente.

Tal vez fue algo de esa confianza nueva y casi recién nacida, cuando decidió que sería una buena idea intentar compartir con ellos algo de lo que había ocurrido ayer por la noche o de lo que había hablado con el enfermero hace unas horas atrás.

¿Fue un error?

Ja, ja ja, claro que;

Sí.

El entrenamiento terminó tarde. Fue arduo igual que siempre y más de uno ya estaba listo para el fin de semana donde podrían descansar después de tan cansadora semana. Sólo tenían que aguantar el próximo día y podrían despedirse al menos por 48 horas de todos sus algo molestos compañeros y las prácticas de un casi nivel profesional.

Se encontraban todos en los vestidores, excepto Tendou, Kawanishi y Hayato. Resulta que los muy tontos habían pensado que sería muy divertido empezar a imitar una escena de una película romántico mientras aún se encontraban practicando, y por eso mismo habían recibido como castigo limpiar y ordenar toda la cancha y además, ser los últimos en irse pues tendrían que cerrar el gimnasio también.