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Es medianoche, estabas seguro. Y como siempre, tu mente no te deja descansar.

¿Te arrepientes de las cosas que has hecho?

Al principio, obviamente no lo hiciste. Pensaste que lo que estaba hecho no se podía restaurar de la manera que se deseaba, sin embargo, tu supuesto compañero no pensó de la misma forma que tu.

Como el demonio que eras, tu poder era tan alto que realmente podías jugar a ser Dios.

La primera vez que te despertaste, estabas limitado a ese niño cuya determinación era lo suficientemente fuerte como para mantenerte cerca.

Era jóven, un infante, realmente no hablaba.

Por alguna razón, la gente comenzó a llamarle por tu nombre.

Tal vez porque era humano como tú, tal vez porque los monstruos eran idiotas y en realidad le confundieron contigo.

Pero eso era imposible, estabas muerto, todos lo sabían.

Al final, no te importó, tampoco lo hizo el humano. Le seguiste, honestamente no tenías otra opción. Cuando intentaron leer las señales, sabías perfectamente que no tenían idea de lo que estaba escrito en ellas.

¿Quizás no sabían leer? El humano era bastante joven después de todo; Sin embargo, sabías perfectamente que la razón era que no conocían el lenguaje de los monstruos.

Escritura, lo que sea.

Sin embargo, nunca descartaste la posibilidad de que no supieran leer y, probablemente, escribir también.

El humano solo miraba el letrero, tal vez tratando de comprenderlo, o tal vez simplemente esperando, esperando que algo suceda. Segundos, luego pasaron los minutos, y de no ser por ti interfiriendo, estabas seguro de que el humano realmente podría esperar horas, parado allí para que algo suceda. Entonces, susurras suavemente en su oído, leyendo lo suficientemente alto como para que lo escuchen.

No tuviste problemas al traducirlo, estabas acostumbrado a esto.

Tal vez también fuiste un tonto. Pero cuanto más tiempo pasabas al lado del humano, más cómodo te sentirás, incluso hasta el punto de dejar de lado las formalidades y empezar a bromear con este.

Desde pequeñas interacciones con cosas como los agujeros, los perros y su reflejo en el espejo, hasta darle consejos en los rompecabezas, ordenes al enfrentar el peligro e ayuda al hacer nuevas amistades.

Al mostrar bondad, te sentiste débil, pero no pudiste evitarlo. Intentaste convencerte de que era solo por ahora, hasta que ocurrió algo diferente.

Llegaste a saber el nombre del humano. "Frisk" era el nombre que el humano le reveló a tu hermano.

Cuando todo terminó, tenías curiosidad por saber por qué el humano decidió volver sobre sus pasos. Llegando a hablar con cada monstruos que se quedo atras, llegaste a pensar que era una pérdida de tiempo, pero entendías tu lugar como espectador por lo que observaste en silencio, traduciendo sus lenguajes corporales e escritos en los carteles cuando era necesario.

Cuando ambos volvieron al punto en que ambos se despertaron, reconocieron la silueta de tu hermano cuidando la cama de flores doradas.

Frisk se quedó con él, y Asriel dijo lo que deseaba y necesitaba; explicando tus acciones así como su parte de la historia. Escuchaste atentamente, y cuando terminaste, no pudiste evitar sentirte irónicamente divertido.

Estuviste de acuerdo con sus palabras, nunca fuiste la mejor persona como todos pensaron. Realmente eras horrible.

Eras humano después de todo.

Aquel momento.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora