¿Sabes? Desearía hacerte pequeñito y guardarte en una cajita de cristal, donde nadie te haga daño.
Porque no me gustaría que esa sonrisa desaparezca. Quiero mantenerla ahí, porque te ves precioso cada vez que sonríes.
Es como ver un amanecer, el sol en su máximo esplendor.
Pero mucho más hermoso.