Sentados alrededor de la mesa, todos nos mirábamos como si fuéramos a matarnos, eso eran, nuestras miradas eran cuchillos. No sé en qué momento me dejaron entrar aquí, todos apostaban lo que tenían, y yo, lo que no tenía, estaba seguro que si se enteraban de dónde vengo no apostarían conmigo, sin contar mi historial.
De ciudad en ciudad engañando a los ricos para ganar algo de comer o vestir. Gracias a todas mis estrategias de jugadas, que no era más que hacer trampa, podía conseguir dinero para sobrevivir a esta vida que llevo.
Otra carta, lanzada por el más rico y también más peligroso de todos, este era mi momento, sacar el "as bajo la manga", ganar todo y largarme de esta ciudad, mis oponentes me miran expectantes, lo he hecho tantas veces antes que ya no siento vergüenza, en realidad, nunca la he sentido, realizo mi jugada, puedo ver la cara de mis adversarios llenos de rabia, tomo rápidamente todo el dinero y me largo sin decir palabra alguna.
Al llegar a la puerta, comienzo a correr antes de que se den cuenta de mi trampa, con el dinero compro un boleto de avión a otra ciudad, identificación falsa en mano, y un nuevo destino para seguir engañando.
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Relatos, cartas y algo más
ContoRelatos cortos sin conexión alguna. Cartas que nunca fueron enviadas. Algo más que no sé cómo describir.