[🥀]Reloj de lodo

734 56 3
                                    

Pasé un día entero sin ver a Azusa pues esperaba paciente a el día de escuela, preguntándome si acaso manifestaría alivio por verlo o no. En fin, la idea de no hacerlo me convencía enormemente. La verdad es que llegué a la escuela luciendo dichos zapatos y a pesar de que no combinaban realmente con el uniforme, los portaba con cierto orgullo ya que eran veinte veces más cómodos que los tacones que por supuesto voy a quemar.

Sin embargo Azusa nunca llegó ese día a la escuela, su banca estaba vacía y en cambio yo no podía creer cuan vacío y decepcionado me sentía yo en mi lugar. Durante las primeras dos horas miraba constantemente a su lugar casi imaginando como sería si me voltease a mirar.

(Estoy enloqueciendo.)

Incluso durante una ocasión Kou se dió cuenta de eso y como si fuera su deber, preguntó.

—¿Pasa algo?

—No. — contesté a secas. Habría gritado de haber podido.

—Azusa no vendrá en varios días. — había estado escribiendo tonterías  en mi cuaderno pero al oír eso me hizo sentir un vuelco en el estómago, algo quería hacerse añicos aún más dentro de mí.

—¿Qué?

—Tiene confinamiento por el mismo número de días en el que se fugó y si puedo recomendarte algo Kanatito-san, es que por nada del mundo vayas a irrumpir en la mansión o Ruki culpará a todos los Sakamaki de ocultar algo que Azusa no quiere decir. — miré de manera vacía mi paleta.

—No... — un sobre asomó sobre mi paleta.

—Él me pidió que te diera esto. — era un gesto bastante de amantes dar una carta, que impresión. La tomé sintiéndome de malas.

—Gracias. — me miró fijamente un momento. — ¿Pasa algo?

—Nada, disfruta tu lectura. — el sobre estaba en blanco por ambos lados, es decir que ni siquiera mi nombre puso, parpadee un par de veces, lo leería cuando estuviera sólo.

Y así fue.

Para cuándo fue turno del receso tomé la carta y salí presuroso del salón a esconderme en algún lugar del jardín trasero, no quería arriesgarme a que alguien me viera leerla dentro del salón y quisiera meterse de manera chismosa. Encontrado un lugar entre unas enredaderas y la pared me senté donde pudiera alcanzar la luz de la luna y utilizando una de mis uñas meñique abrí dicho sobre de fachada inmaculada.

"XX-XX-XXXX

Dulce Kanato:

Quizá no necesites esta carta pero aún así decidí hacerla porque en el fondo sé que si estuviera en tu lugar me gustaría leer algo de ti por poco que fuera, como tal no tengo mucho qué decir, pero siendo evidente, este castigo es bastante fastidioso pues no podré verte y todo es culpa mía, no te incluyas en ello; sé que tres días suena a poco para nosotros pero mientras más te pienso, más lodosa se vuelve la arena de mi reloj, en especial porque me gusta pensar qué haces ahora, si te aburres o si no te he pasado por tu cabeza, si acaso hornearás algo que tendrá crema batida o cantarás, incluso la imagen de ti leyendo esta carta me hace creer que valdrá la pena. Sin embargo, quiero que sepas que no paso nada de pena pensándote, pues al hacerlo llega un punto donde la arena se vuelve líquida y por su propio peso cae más rápido.

No tengo más que decir con palabras.

- Sinceramente tuyo, Azusa."

Al dejar de leer me sentí...decepcionado, pero no de sus palabras, me atrevería a decir que esa sensación es alguna clase de miedo, pánico por qué lo separen de mí, no después de que apenas comenzaba a juntar mis trozos con aguja dolorosa y dorada. Su recuerdo mordiendo mi muñeca y dejando ir la sangre sin pensar para excitarme, me provocó mirar mi muñeca sobre la cual ya no existía marca alguna, con mis pómulos apenas en rubor decidí pasar la lengua lentamente sobre aquella área, conteniendo el deseo de...

Vanilla Flavor (Azusa X Kanato) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora