*********¡ATENCIÓN! HISTORIA +18 CONTENIDO EXPLICITO.**********
Segunda parte de la historia "entre mis brazos"
Tras una gran guerra de drogas, donde varios salieron heridos, incluso muertos. Ryu y Mei comienzan una nueva vida formando una familia...
era una mañana hermosa, la luz del sol apenas comenzaba a tocarnos los pies bajo las sabanas blancas.
ryu había comprado una casa en las costas mas lindas, el quería hacer ese cambio en nuestras vidas fuera de todo lo que el y yo habíamos vivido.
un ventanal abierto con las cortinas moviéndose de un lado a otro por la suave brisa que nos regalaba el mar.
un ligero toque de nuestras narices y cruzamos miradas.
—¿hace cuanto no te he dicho que te amo? .—menciono con una ligera sonrisa.
—hace como 10 minutos .—respondí mordiendo ligeramente mi labio inferior.
—¿10 minutos?, esta vez he tardado mas de lo normal...
comenzó a besarme por toda la cara y con sus manos tocaba mi cintura.
mi amado esposo, Ryu y yo en una hermosa mañana de un nuevo día, intentando hacer el amor...
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—¿en que estábamos?, oh si, en que te ibas a quedar quieta y yo me iba a divertir...
paso sus manos a mis pechos y los acaricio suavemente. mordía mis labios al sentir sus manos recorriendo cada parte de mi pecho, estábamos entrando al clímax. hacia ya mucho tiempo que no estábamos juntos íntimamente, lo deseábamos como locos...
—te deseo, te deseo como la primera vez...
besos y caricias, rasguños y abrazos, miradas que enloquecían...
cada parte de mi cuerpo gritaba para estar nuevamente con él.
espera...
—¡WAHH! .—El bebé comienza a llorar.
—ryu espera el bebé...ahh...
su lengua recorría cada rincón de mi zona intima. una exquisita suavidad y delicadez.
—espera...ryu.— tome de sus cabellos y así logro captar su atención.
—esta bien...—respondió afligido.
—lo siento querido, pero tengo que ir...
—no te preocupes, será para la otra...tomare una ducha.
se envolvió entre una toalla y se giro hacia el baño. una mirada desanimada se encontraba en él. hacia tiempo que no teníamos intimidad, ni siquiera esta vez lo logramos. desde que llego el bebé ya casi no hay tiempo.
tomo mi bata color azul pastel y mis pantuflas de conejo blanco, me dirijo hacia la habitación de mi pequeño Haku. Mi hermoso ángel haciendo pucheros intentando dejar de llorar al verme, sus ojos pequeños llenos de lagrimas al verme se convertían en un brillo hermoso, una sonrisa que notaba su falta de dientes. alzaba sus manos recibiendo mis brazos.
