Paralyzed (2 Temporada "Entre Mis Brazos")

capitulo 2 "¿Qué esta pasando?"

(Ryu)

Ya pasaban de las 8:00 pm y necesitaba llegar con prisa a casa, necesitaba ver a mi haku y a mi hermosa esposa.

Me ajuste el abrigo y tome mi maletín, suspire alegremente pues sabia que pronto llegaría a casa, camine hacia la puerta, gire la perilla y...

—ryu-sama. —Hablo mi asistente casi tropezando hacia mi pecho.—ryu-sama...yo...como lo siento...

—no te preocupes nala, dime, ¿pasa algo? .—hable con un tono un tanto tranquilizador.

La chica se acomodo los anteojos y dio unos cuantos pasos atrás para después mirarme.

— ryu-sama, el señor damian tuvo una junta con la empresa "NIEBLA" para los nuevos asociados que pasaran a laborar en nuestras instalaciones y me pidió que le dejara una nota, "hermanito, ya resolví el dato pendiente, me imagino que recibiste a la chica smitt, su empresa de igual manera es buena para la nuestra, las ventas mejoraran al trabajar con ella, por favor...no lo jodas. dejo un poco mas de trabajo, tu asistente te dará unos documentos de los nuevos asociados, tu antes que nadie los tiene que ver, tienes que revisarlos hoy por que mañana empiezan su entrenamiento. Hasta pronto y mucha suerte"

Tomo la hoja y la guardo en una de las carpetas que llevaba en las manos, me entrego un puñado de documentos que tenia de revisar.

—Aquí tiene señor.

—Gracias nala, puedes retirarte.— mencione un tanto frustrado.

Me gire de nuevo a mi oficina, coloque los papeles de golpe al escritorio. Un gran resoplo salió de mis pulmones, me talle la cabeza y el rostro.

—tranquilo, tu puedes.

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12:00am

Aun no termino la revisión, estoy cansado y quiero irme a casa.

Al lado derecho de mi escritorio se encuentra una foto de mi amada esposa embarazada, vestida con una hermosa bata azul cielo y flores de cerezo, mirando hacia el mar. Se veía hermosa.

Sonreí, sonreí recordando cada momento a su lado  >te amo< mencione al vació de mi oficina.

como si fuera un acto sagrado, el teléfono suena.

—¿cariño? .

una voz un tanto somnolienta sonaba al otro lado de la línea.

—¿cariño? es tarde, ¿no vendrás a casa?

Sentía mi corazón haciéndose cada vez mas pequeño y aplastado, pues sus dulces palabras me hacían sentir culpable, culpable de no estar acostado a su lado, acariciando su suave piel de su hermosa espalda, jugueteando con sus glúteos y besando su cuello y oídos, oliendo sus cabellos con un dulce aroma, culpable por no besar a mi hijo al dormir.

Ya han pasado muchas veces esto mismo, no llego a casa, esta no es la primera vez, mi mujer casi siempre esta preocupada por mi y aun que me duela admitirlo, no hay tiempo para mi pequeño.

y no hablo de venir a la empresa por que obvio esta es la primera vez desde mi "retiro" pero con mi personalidad inquita siempre quise estar haciendo algo para entretenerme.

—lo siento pequeña,  me quedare hasta tarde, no me esperes despierta...

—oh...esta bien...