2/1/2019 Buenos Aires, Argentina
Ángela
Agustincasanova_ empezó a transmitir en vivo.
¡Míralo antes de que termine!Casi toda mi vida me reí de las personas que lograban ponerse tan nerviosas con solo una notificación, pero mientras me debatía entre lo que quería y lo que debía, me di cuenta de que las había subestimado demasiado.
Mi lado más impulsivo se estaba muriendo por verlo, aunque sea a través de una pantalla, porque hace meses que no lo hacía y ya lo extrañaba sobremanera. Sin embargo, mi lado más racional se estaba encargando de recordarme la última vez que miré un vivo de él, las cosas no habían terminado tan bien que digamos.
Más allá de haberlo dudado, en el momento en el que tomé la decisión no dejé de sentir ese alivio en el pecho que siempre venía después de hacer algo que quería. Ya era consciente de que no podía volver a limitar mi vida por un par de opiniones que no me correspondían.
Pasaron los minutos y él seguía interactuando con sus seguidores sin siquiera haber notado mi presencia, al parecer haber entrado con un nombre falso había funcionado.
Todo iba a la perfección hasta que flor se unió a la transmisión, juro que quise evitar los recuerdos que eso me generaba pero no pude hacerlo, vivos y más vivos compartidos ya formaban parte de mi cabeza.
Intenté despejarme para poder seguir divirtiéndome con ellos dos, sin dudas era un dúo muy explosivo cuando se juntaban.—Me voy para Mar del Plata, toco con Ángela en Mar del Plata.
—¿QUÉ?! —Grité, eufórica, más de una vez— No no pará, si a mí no me dijiste nada.
Sí, estaba hablando sola dentro de esas cuatro paredes como si alguien me fuese a escuchar, pero no podía creer lo que había dicho.
Quise atrasar el video dándole para atrás con mi dedo pero recordé que estaba en un vivo, no podía hacer eso.
Mis manos estaban temblando, tanto así que hicieron que mi celular termine cayendo sobre la mesa, entonces decidí dejarlo ahí, si volvía a tocar esa pantalla iba a terminar mandándome alguna de las mías.
El vivo terminó y salí de esa aplicación para llamarlo, ya no me importaba el tiempo que llevábamos sin hacerlo, yo necesitaba hablar con él para que me explicara su repentino cambio de planes y eso iba a hacer.
Un llamado, dos llamados y nada, parecía que su celular había muerto. Desistí y mientras me tranquilizaba intenté aceptar que por algo se estaban dando así las cosas, quizás no era momento para hablar.
Las horas comenzaron a pasar y la noche ya estaba llegando sobre Buenos Aires, junto con ella también venía mi nerviosismo por aquel vivo que había visto.
Netflix, helado y hasta incluso usé la música de Ariana para despejarme pero parecía que ninguna de esas cosas hoy tendría resultado.
Me parecía que el poco aire de mi departamento ya me estaba ahogando, así que comencé a vestirme y salí, tomar un poco de aire tal vez me calmaba un poco.—Que raro —Dije cuando vi que me llamaba un teléfono que no tenía agendado, atendí igual, podría ser importante— ¿Hola?
Volví a repetir lo mismo pero no encontré respuesta del otro lado, evidentemente había sido equivocado.
—Hola, soy yo —No hizo falta la aclaración, su voz y el sonido que hizo para aclararla ya me habían dado esa información— Perdón que te llamé a esta hora pero quería hablar con vos —No pude contestar, parecía una adolescente que no sabía cómo hacerlo— Ange, ¿Estás ahí?
Me dijo ange, eso fue lo primero que pensé antes de helarme completamente, hace meses no lo escuchaba llamarme así.
—Disculpame, me colgué —No podía confesarle de entrada el estado en el que me habían dejado sus palabras— Decime, ¿Qué necesitas?
—Es que es un poco largo para hablarlo por acá, ¿No preferís venir a casa? —Comenzó a trabarse por lo directo que estaba siendo, también extrañaba escucharlo así— O puedo ir yo para allá, sé que no te emociona la idea de viajar tanto —Rió—
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Todavía me quemas
Short StoryPorque todos alguna vez intentamos dejar atrás una parte de nosotros