O.B.L.I.V.I.A.T.E [Harco-Drarry]

Obliviate #XIX

—¡Harry! —grita Hermione asustada cuando su amigo se lanza contra Draco, impactando su puño en la mejilla del rubio.

Hace pocos minutos, luego de que Ron acusara a Malfoy de saber sobre lo que había pasado en Hogwarts, revelando que el Slytherin estaba recuperando mucho más de lo que revelaba sobre su memoria, Mcgonagall le pidió explicación.

Draco Malfoy, nervioso, expresó su confusión sobre el ataque de Ron, lo que llevó a la ahora directora Mcgonagall, explicarle a Malfoy lo que había sucedido en la escuela noches antes; Un ataque de Voldemort, Mortifagos destruyendo la escuela, la traición de Snape y la muerte de Dumbledor. Ahora Draco entendía la reacción de Ron. Sin embargo, su acusación de que supiera que eso pasaría, era errónea, en teoría. Explicándose a todos, reveló que lo que había pasado, o estaba pasando, eran esos sueños donde veía un armario y personas vistiendo con túnicas negras con la voz de Voldemort de fondo, como si le ordenara algo.

Sí, para Mcgonagall , Hermione y Hagrid, Draco no era realmente culpable de lo que había sucedido, aunque pensaban que hubiera sido de mucha ayuda que contará sobre aquellos sueños. Pero para Harry, ciego y dolido por la noticia de la muerte de Dumbledore, no había más culpable que Draco, arremetiendo contra él guiado por la ira como aquella vez en el pasillo de la escuela.

Draco no se defendió mientras Harry lo empujaba y lo golpeaba en la cara mientras le soltaba palabras hirientes y le culpaba por todo como Ron había hecho. Draco lo dejó, porque una parte de él tenia razón y se sentía culpable. Tal vez, si hubiera dicho algo sobre lo que había estado soñando, hubieran podido hacer algo para evitar todo lo que había pasado. Después de todo, el sueños era en realidad una clase de recuerdo a un plan que Voldemort le había pedido realizar antes del accidente. Lo que no podía creer era que su padrino hubiera terminado haciendo su trabajo y asesinado a Dumbledore.

Harry fue separado por Hagrid cuando ya ambos -Gryffindor y Slytherin- estaban en el piso. Harry sosteniendo la camisa de Draco entre sus puños, jadeante del cansancio y con la cabeza baja sin poder verlo. Las lágrimas salían de sus ojos dejándolo más ciego de lo que ya era sin sus lentes, los cuales no sabía donde habían caído. Draco tampoco se había movido, ni siquiera cuando el Gryffindor fue quitado de encima. Podía sentir el sabor metálico de la sangre en su boca, pero ni eso era tan amargo como lo que sentía por haberle fallado a todos cuando empezaban a confiar en él. También podía sentir el dolor en sus mejillas y la sangre salir de un corte en una de ellas. Sin embargo estaba bien, eso sanaría con un poco de magia, pero ¿el dolor que sentía por lo que Harry ahora pensaba de él? No lo sabía.

El elegido se soltó de un jalón del agarre de Hagrid y salió de la oficina hecho una furia. Ron salió también del lugar mientras Hermione ayudaba a Malfoy a levantarse —Hablare con él —le aseguró la chica, Draco la detuvo sosteniéndola del brazo y MacGonagall se adelantó a hablar.

—Sera mejor que Potter este solo por un momento, le vendrá bien calmarse. Ahora más importe es saber sobre esos sueños, señor Malfoy.

[...]

Draco no tenía cabeza para un interrogatorio, pero por suerte no tenía mucho que contar de todas formas. Sueños extraños que podían ser recuerdos, eso era todo, no podía darles más. Mcgonagall intentó no mostrarse tan decepcionada como lo estaba realmente sobre la poca información, creyendo que tal vez lo que le dijera Draco sirviera de algo. Dejándolos ir con las nuevas órdenes de esperar la próxima jugada, Hermione y Draco fueron en busca de Harry y Ron.

—Siento todo esto —se disculpó Hermione.

—No tienes porque, nada de esto es culpa tuya —señaló Draco las heridas en su cara —Si hubiera contado algo de lo que pasaba antes, nada de esto hubiera pasado. Tal vez se hubiera evitado, pero... ¡Eran simples sueños! No pensé que tendrían relevancia. Creí que me tomarían como un loco o un mentiroso, ahora Harry me toma como un mentiroso y un traidor, tal vez cosas peores —se lamentó el rubio.