Tomo una ducha y bajo para desayunar al lado de su padre. Cuando era una adolescente su madre solía verse más activa e intimidante, ahora lucia tan afable que le causaba inquietud. Su padre siempre fue el equilibrio entre sus extrañas personalidades. Tan similares que se mantenían en un conflicto continuo casi siempre. Pero desde el incidente, se había opacada una de ellas y consecutivamente la otra.
Katsuki: ¿Ha pasado algo interesante?
Mitsuki: Si. Kirishima vino a buscarte hace uno días, pero como ni siquiera estabas en el país tuve que regresarlo a casa. En fin quedo en venir hoy para salir contigo.
Katsuki: Hmmm… ¿Pudiste habérmelo preguntado antes de quedar en eso?
Mitsuki: Si, pero hubieras rechazado la posibilidad de hacerlo sin siquiera pensarlo.
Katsuki no replico, sabía que era cierto. En ese momento sonó el timbre de la puerta. Mitsuki se paró y fue a ver quién era. Se trataba de Kirishima. El pelirrojo saludo y rápidamente se dirigió a buscar a su amiga. Se despidieron de los padres de Katsuki. Salieron de la habitación y atravesaron la puerta de la casa para dar un, paseo juntos.
Se encontraban caminando y dentro de poco terminaron en un bello parque. El color dorado de las hojas de los arboles hacía notar el cambio de estación. Las hojas danzaban al compás del viento. Y de entre un distintivo silesio comenzaba a escucharse las voces de una pareja de amigao poniéndose al día de lo ocurrido en sus vidas. Paseaban entre las bancas y alrededor del follaje.
Kirishima: Hace tiempo que no te veía.
Katsuki: Si, he estado ocupada estudiando.
Kirishima: ¿Te dedicaste al arte, no?
Katsuki: Si.
Kirishima: Todavía recuerdo verte dibujar todo el tiempo.
Katsuki: Si. ¿Qué tal te va con Denki?
Kirishima: Bien. Me sorprende que fuera ella quien se me confesara. En aquel entonces yo te confesé mi amor. Pero me recházate porque no podías olvidarlo. ¿No es así?
Katsuki: Si.
Bajo la mirada hasta sus zapatos. Kirishima comprendía como se sentía e intento continuar con la charla lo mejor que podía. La temperatura descendía poco a poco. Y comenzaba frotar sus manospadres entre ellas. Su amigo no podía hacer nada más que cederle su chaqueta. Acto porseguido el cual su amiga le correspondió con una sonrisa tímida y débil.
Kirishima: Aun así, estoy feliz con ser tu amigo.
Katsuki: Gracias.
Kirishima: ¿Todavía lo amas?
Katsuki: Si.
Kirishima: Lo entiendo pero hay cosa que debemos dejar ir. Yo te deje ir a ti. Ahora soy feliz con Denki. Por cierto nos casamos hace unos meses. Te envié una invitación pero no viniste.
Katsuki: Lo lamento estaba en exámenes y olvide leerla hasta pasado un tiempo. Te daré un regalo por ello. ¿Cuándo podría ver a Denki?
Kirishima: Puedes verla cuando quieres, estará feliz de verte. Pero te reclamara por no asistir. Iba a pedirte que fueras la madrina pero al no responder termino pidiéndoselo a Jirou.
Katsuki: -suspiro- También tendré que disculparme con ella apropiadamente.
Comenzó a verse una leve sonrisa en sus labios. Estaba feliz de que su amigo formara un hogar con una persona que verdaderamente lo amase. Al mismo tiempo sentía tristeza de nunca poder hacer lo mismo.
Kirishima: Si. ¿Ya viste a la madre de Izuku?
Katsuki: No, pero lo hare pronto.
Kirishima: Ya veo. Todo está bien, nada de esto fue tu culpa. Los accidentes suelen ocurrir.
Katsuki: Lo sé. Aunque a pesar de ello no puedo disculparme. Si hubiera sido más cuidadosa o me hubiera quedado en casa. ¿Por qué tenía que hacerlo?
Su rostro comenzó a reflejar tristeza y faltaba poco para que las lágrimas se desplomaran por sus tersas mejillas. Junto con el desapareció parte de ella. El dolor era de lo poco que le recordaba el estar viva. Pero su amigo no le permitiría sufrir o por lo menos no enfrente de él solá.
Kirishima: Porque te amaba. A veces el amor nos vuelve locos. Y si no hubiera sido de esa manera, él hubiera regresado a aquel lugar y saltado para estar a tu lado otra vez.
Katsuki: ¿Lo crees?
Kirishima: Completamente, era fuerte pero no tanto como para vivir sin ti. Por eso debes hacerlo feliz y vivir tu vida.
Katsuki: Pero no quiero olvidarlo.
Kirishima: No lo harás. Solo vivirás para cumplir con lo que él quería para ti.
Katsuki: Eres un gran amigo.
Kirishima: Jajaja creo que sí. Ya se me olvidaba. ¡Los chicos quieren hacer una reunión por tu regreso! ¡Todos asistirán para ver a nuestra gran pintora! ¡Debes ir sin falta!
Katsuki: Esta bien, lo hare. Ya cálmate.
Una conversación con un ritmo extraño a veces triste, a veces feliz. Pero siempre que estaba a punto de llorar, el pelirrojo intervenía para impedirlo. El llanto puede ser liberador pero no si te absorbe por completo. Todos sentimos y vivimos con algo de dolor o remordimiento en nuestros corazones, pero algunos decidimos que no tiene que ser el centro de nuestras vidas.
Kirishima: Bien. ¿Lo iras a ver?
Katsuki: Si.
Kirishima: ¿Quieres que te acompañe?
Katsuki: Ya estoy grande, puedo ir sola a un cementerio.
Kirishima: Si, pero será doloroso.
Katsuki: Lo soportare.
Kirishima: Entiendo si cambias de opinión avísame.
Katsuki: Claro.
Kirishima: Ya se está haciendo tarde. Es mejor regresar.
Katsuki: Tienes razón.
Pasaron toda la tarde caminando en el parque y sus alrededores que no se percataron de la hora hasta que el sol comenzó a ocultarse. Regresaron a casa de la rubia. Se despidió de ella en la puerta. No pudo hacerla olvidar aquel amor perdido pero estaría ahí como su amigo si necesitaba apoyarse en alguien. Todos extrañaban a ese joven de rizos rebeldes. Se preparaba para la mañana siguiente pues sería el momento de ver a la Tía Inko.
Continua lo sad *se tira de una ventana del cuarto nivel, pero falla y sigue viva*
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Un sueño que no puedo ser
FanfictionEl amor siempre nos lleva a buscar el bien de la persona amada aún si eso no nos llega a incluir en su vida. Perdurar en su memoria es la única felicidad que nos queda, el verla feliz nuestro último anhelo. Como un corazón roto es capaz de completar...