Capitulo 4

11 0 0
                                    

-Disculpa por no haber venido antes, pero nada a sido facil...desde que te fuiste ya nada es igual...- dije dando un ondo suspiro, tratando de no llorar.- Pero prometo venir a diario, vendre a visitarte como cada dia- el silencio era completamente insoportable, se que el no contestaria, el estaba muerto y yo como todos los dias, estaba aferrada a que el regresara. Cada mañana emprendia mi camino al cementerio y como hoy, le hablaba a su lapida, segui esperando alguna respuesta, pero nada, ni una sola rafaga de aire fresco.

Las lagrimas caian rapida y dolorosamente por mi rostro, sollozaba incontrolablemente, aún no me lo creia.

-Se lo que se siente perder al ser que mas amas en este jodido mundo.- Escuche una dulce y ronca voz masculina, posada detras de mi. Estaba tan sumida en mi llanto, que no me habia percatado de quien estaba detras mio, ni siquiera escuche nada.-Pero ya no puedes hacer nada, tus lagrimas no lo regresaran a ti, no le regresaran la vida- dijo por ultima vez y decidi ponerme de pie y encarar al misterioso hombre que hablaba de esa manera tan cruel, no lo conocía y ya me estaba lastimando.

Para mi sorpresa, me encontré con un chico mucho mas alto que yo, de ojos color verde similar a una esmeralda, de rizos extremadamente rebeldes y de tez blanca.

-¿Disculpa?!- dije un tanto enojada. No esperaba esto o mas bien no esperaba encararme con aquel chico tan hermoso. Seguia embelesada.

-Es la verdad, para que le lloras, es mejor que lo o la dejes ir- las palabras salian de aquellos labios finitamente delineados, rosados   -De nada sirve que te ates a esa persona, cuando en realidad sabes que ya no regresera.- concluyó.

- Por lo visto me entiendes y sabes lo que es perder a alguien a quien amas.- dije tratando de contener mis lagrimas. -Sabes que jamas va a regresar y eso te agranda cada vez mas el maldito dolor- una lagrima me venció.

-¿Que era de ti?- articulo con su ronca voz.

-Mi...mi novio.- dije con lagrimas en los ojos.

-¿Como murio?- dijo sin mas ni mas, sus palabras sonaban frias y crueles.

-Tuvimos un accidente automovilistico y...yo caí en coma por cinco meses y...él...él murio antes de llegar al hospital- cada lagrima dolía cada vez más.

El ojiverde fue reduciendo la distancia entre nosotros, el nerviosismo atacaba mi ser.

Quedamos cara a cara, solo unos cuantos centimetros nos separaban, su grande mano subio hasta mi mejilla y con un largo y suave dedo, limpio una de mis lagrimas.

-Yo también le lloré...fue como si ella se hubiera llevado consigo mi vida.- sus ojos reflejaban suma tristeza y su voz era temblorosa. - Pero la he dejado ir y aunque duela...se que le gustaria que yo rehiciera mi vida.- Una lagrima salio de aquellos ojos perfectos.

-¿Que era de ti?- dije un tanto apenada.

-Mi novia, pense que lo nuestro seria para siempre, pero la arrebataron de mis brazos y le robaron la vida. -Sus sollozos eran un poco silenciosos, era mucho mas doloroso verlo llorar, que escuchar mi propio llanto.

Miel & SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora