Capitulo 5

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--Lo lamento, yo no...sabia que...--mi frase quedo inconclusa.

--Que ella este muerta...--pude ver en sus ojos un rasgo de tristeza profunda--Nadie sabe lo que sucedio esa tarde, no con exactitud. Un dia antes me rompia la cabeza pensando como pedirle "matrimonio"--hizo enfasis en esa palabra.

Pude notar por su expresión, que mientras me contaba aquello, recibia miles de puñaladas, que se dirigian a su ser. Una lagrima derramada de su ojo izquierdo, se hizo visible.

--Recuerdo que la tarde anterior a su muerte, ya tenia en mente como pedirle que se casara conmigo, mientras ella pasaba una parte del dia con sus amigas, yo preparaba una cena especial, cada detalle lleno de romanticismo.--Noté que de vez en cuando me miraba, asi como también miraba a la nada.--El timbre de mi celular sonó, mire la pantalla y un extraño numero aparecia en ella...al contestar, pude escuchar los gritos de mi novia, gritos de dolor, gritos llenos de miedo..."Tienes menos de 24 hrs, para salvar a tu chica..."--hizó una pequeña pausa-- Pedian diez millones de dolares, yo no tenia es exagerada cantidad, pero por ella hubiera sido capaz de dar mi propia vida. Yo...no fui capaz de conseguir ese dinero, recuerdo tambien que en toda la noche no pude pegar siquiera un ojo. Al amanecer recibi otra llamada, diciendome la dirección en donde ella se encontraba. Llegue al lugar dicho y ahí estaba ella, de rodillas, su cabello hecho una maraña de cabellos rubios, su rostro cubierto de sangre y sus manos atadas al igual que sus piernas y su boca. Corri hacia donde ella y lo inevitable paso, justo cuando la desamarré de cada extremidad, cayó en mis brazos, ya no tenia fuerza alguna y su rostro se veía cansado..."Te Amo", fue lo ultimo que ella dijo y cerro para siempre sus ojos azules como el oceáno.--Una lagrima más, fue derramada.--Nunca supe quienes fueron los malditos que me jodieron la vida, arrebatandome lo que mas amaba.

Me miró quizás esperando que articulara palabra, pero yo no sabía que decir...

--La policia nunca hizó nada?-- soltó una ronca carcagada.

--¿Esos maricas que iban a hacer?, caí en la carcél por su puta culpa--dijo un tanto lleno de coraje.--Dijeron que había sido yo, quien la asesino, ya sabes, estaba en el momento menos adecuado y con esa clase de situación, aún peor.--concluyó.

--Nunca hubo ninguna investigación, ya sabes, peritage y todas esas cosas--hablé por fin.

--Pusieron las unicas pruebas en mi contra-- dijo en tono resignado.

Una gran rafaga de viento frio, hizo que me estremeciera como jamás antes lo había hecho. A decir verdad, hacía ya demasiado frio.

Los dientes comenzaban a castañearme y mi cuerpo temblaba cada vez más. Mi temperatura corporal había descendido demasiado.

--Toma, lo necesitas más que yo --me extendio su largo brazo con su abrigo ya en mano.

--Oh, no...no es necesario, yo ya me iba--hize ademán de querer regresarselo. Pero no hizo caso, ¡que chico tan mas terco!.

Ayudo a ponerne su abrigo color negro, lo paso por mis hombros y su dulce aroma se desprendio de el. Olia al paraiso mismo. Mi piel se erizo, al sentir su suave respiración rozar mi oido. Oh mierda.

--Te estas congelando y me dices que no lo necesitas--sus palabras fueron como un choque electrico a mi piel.

Dio la media vuelta y emprendio su camino a marcharse.

--¿Que pasara con tu abrigo?--grite para que pudiera escucharme.

--Nos volveremos a ver, no lo dudes--dijo girandose para verme, esa sonrisa se hizo presente, dejando ver unos hoyuelos preciosos.--Ten por seguro que nos veremos...--dijo al fin marchandose.

Me quede petrificada observando como se marchaba, su andar un poco encorbado y sus rizos, rebeldes y esponjados.

Me encuentro rezandole a los santos, para encontrarme una vez más con el rizado.

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⏰ Última actualización: Sep 01, 2014 ⏰

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