La castaña entró al edificio abandonado con largos pasos silenciosos, decidida a cumplir con su trabajo. Prendiendo la linterna de su celular, comenzó a subir lentamente escalón por escalón, piso por piso, hasta llegar a la cuarta planta donde se dirigió a la habitación que posteriormente le habían indicado.
Las paredes de la misma estaban rajadas, la pintura se descascaraba en miles de pedazos que decoraban el agujereado piso flotante de madera. Una gruesa capa de polvo, que parecía datar de años, cubría cada pequeña superficie del espacio; tiñendo los destrozados y antiguos muebles de un oscuro gris ceniza. Detrás de las deshechas cortinas, se alcanzaba a ver un gran ventanal de vidrios quebrados; el mismo daba a un pequeño balcón de muy poca seguridad infraestructural.
Pasando a través de los escombros, llegó a la ventana y, con cuidado de no tocar ningún vidrio roto por equivocación con sus guantes, la abrió. Al instante, el frío de la noche golpeó su rostro, dejando su blanquecina piel de un tono rosado casi imperceptible; el invierno parecía querer calar hasta sus huesos.
Apagando todo rastro de iluminación que pudiera hacerla visible, pisó aquel pedazo flotante de cemento. A medida que se arrodillaba sobre aquella superficie, descolgó la funda de guitarra que llevaba sobre sus hombros.
Como un tren de carga, los nervios parecieron darle una cachetada entonces, haciéndose presentes mientras su pulso comenzaba a temblar. Miedo, eso era. Sentía un gran miedo por lo que iba a hacer; un enorme terror por lo que pudieran acarrear sus presentes acciones en el futuro próximo. Ella jamás había hecho eso a pesar de los antecedentes de su familia y eso le ponía los nervios de punta.
Sus movimientos se detuvieron y, tomándose unos segundos, inhaló y exhaló profundamente en un intento de calmarse. <<Vamos, tú puedes, tú puedes, eres una Crimson....puedes hacerlo todo>>, se dijo a sí misma en un mantra.
Cuando su sistema nervioso se estabilizó medianamente, la chica suspiró pesadamente mientras deslizaba los cierres del estuche. <<Por ellos...todo es por ellos...>>, se repitió nuevamente, alentándose para continuar.
Era matar dos pájaros de un tiro...y era matar o morir.
Al abrir la tapa de la funda, se encontró con un moderno rifle de francotirador color negro; un fusil de alto calibre de cañón largo y silenciador adjunto, con balas capaces de atravesar el más grueso metal blindado.
La joven no poseía un gran conocimiento en armas pero, a simple vista, se podía ver que era un rifle poderoso. Y según le habían contado, ese mismo era uno de los más poderosos del mundo y de "estricto uso militar".
El sentimiento de admiración creció dentro de ella mientras sus manos retiraban el fusil del estuche. El mismo era pesado, sin embargo, su ser pareció acostumbrarse prontamente al mismo para su sorpresa.
Ella jamás había portado un arma antes, pero la sensación de aquel metal en sus dedos era...simplemente increíble. De alguna forma, se sentía como si todas las piezas de un rompecabezas encajaran repentinamente; como si lo que iba a hacer fuera correcto.
No, ella no era una asesina...o por lo menos no aún. Se consideraba una heroína; la persona que salvaría a su familia de la calle. Y seguiría pensando así por el bien de su estabilidad mental, aunque las acciones que cometería pudiesen demostrar lo contrario.
Volviendo a concentrarse en su tarea, ahora mucho más calmada, se puso en posición; de manera que la oscuridad de las alturas ocultara su presencia de cualquier humano entrometido, como le habían enseñado.
<<Curso para sicarios exprés>>, pensó riéndose nerviosamente por dentro, elevando su rodilla izquierda a un ángulo un poco pasado de los 90º; apoyando la mitad de su peso sobre el metatarso derecho. Así mismo, colocó la empuñadura trasera contra su hombro a medida que retiraba el seguro del arma; sus manos colocándose correctamente al recordar las explicaciones.
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Clan Crimson: Asesina Carmesí
Action"El camino al infierno está hecho con buenas intenciones y los demonios muchas veces portan un halo de ángel" Aquel día, esa frase quedó grabado en lo más profundo de su alma con fuego...