— Ayúdame — dijo Elizabeth con un nudo en la garganta — Por favor ayúdame...
La pequeña niña pelirroja solo se escondió más tras el marco de la puerta. Elizabeth lloro con más fuerza desesperada.
— ¡Por favor! ¡Ayúdame!
La niña negó con la cabeza y por fin hablo, su voz era muy baja casi como un susurro.
— Mami dice que las personas que ella trae aquí son personas malas...
Elizabeth se quedó sorprendida por lo que acababa de escuchar, al parecer esa pequeña niña era hija de Rebbeca. Pero no sé parecían nada, compartían una inmensa belleza pero el pelo, los ojos, la forma, no parecían familia.
—¡Agatha! ¡¿Cuántas veces te he dicho que no vengas aquí abajo?! — Elizabeth reconoció la voz inmediatamente a la lejanía. Era Rebbeca.
La niña pelirroja volteo hacia uno lado y después se enderezó en un infantil y gracioso gesto militar con las puntas de sus pies juntas y sus talones separados.
— Perdón Mami, es que escuche a alguien llorar ¿Me castigaras?
— No Agatha, pero por favor deja de bajar aquí sin permiso...
Elizabeth vio llegar a Rebbeca e inclinarse para abrazar a la niña, la niña correspondió el abrazo con alegría y después empezó a caminar fuera de la vista de Elizabeth.
— Eres un monstruo...tienes una hija y haces estás cosas...— dijo Elizabeth débilmente, casi como un susurro
Rebbeca pareció escucharla y entro a la habitación cerrando la puerta detrás de ella
— Eso a ti no te incumbe...estúpida...
La peligris tomo a su víctima por el cuello haciendo ligera presión amenazando con asfixiarla.
— Me hace falta una sirvienta aquí — dijo Rebbeca con un tono que pareció coqueto — ¿Te apuntas?
— ¡No haré nada que me pidas!
Elizabeth se arrepintió de haber dicho eso al sentir como su captora aumentaba la presión en su cuello.
— Si quieres sobrevivir...harás lo que te diga ¿Me entendiste?
Elizabeth, como un último gesto de odio, escupio a la cara a Rebbeca. Está tan solo se limpio con su mano y después le recetó una serie de cachetadas a Elizabeth. Cada cachetada ardía demasiado, y empezaban a adormecer el rostro de Elizabeth, cachetada tras cachetada la pelirroja perdía la esperanza de alguna vez volver a vera luz. Después Rebbeca se detuvo en las cachetadas y acerco sus labios a los de Elizabeth rozando su boca contra la de la otra chica
— Me vuelves a morder...y te mato...
Rebbeca volvio a besar a Elizabeth, el beso era demasiado incómodo y húmedo, la chica pelirroja no podía hacer nada para evitar que la lengua de su captora se moviera dentro de su boca, sentía los labios de ambas moverse presionados agresivamente los unos contra los otros y la lengua de ambas en un enredo húmedo, Elizabeth se resigno a recibir ese incómodo abuso a su boca, solo hasta que Rebbeca se separó dejando un hilillo de saliva colgando de los labios de ambas.
— Asi me gusta~ ¿Ves? Si eres una buena chica no te golpeare
— Muerete — fue lo único que pudo decir Elizabeth
Rebbeca tras escuchar esto deslizó sus manos hasta la entrepierna de Elizabeth. La pelirroja grito al sentir la mano de su captora en esa parte
— ¡¡P-por favor!! ¡¡No hagas eso!!
La chica de pelo gris no me importo la súplica de su contraria y no movió su mano de ese lugar. Veía a Elizabeth con ojos llenos de lujuria y se lamió los labios.
— ¡¡¡Por favor!!! ¡¡¡No!!! — volvió a gritar Elizabeth
— Entre mas te retuerzas y grites mas te va a doler~ — La peligris empezó a introducir lentamente su dedo indice y medio en la intimidad de Elizabeth.
La pelirroja no hizo mas, solo observo a Rebbeca fijamente a los ojos mientras lloraba, todo su maquillaje se había barrido ya. La peligris lentamente empezó a mover sus dedos fuera y dentro y con pequeños movimientos circulares.
— Simplemente piensa que podríamos disfrutarlo ambas si cooperaras un poco
Elizabeth no contesto, soltaba pequeños quejidos por el frio tacto de los dedos de Rebbeca dentro de ella.
Pronto Rebbeca se separo de ella retirando sus dedos de su vagina y los movió a su boca para lamerlos como una paleta.
— Sabes deliciosa~
Fue lo único que dijo la peligris antes de empezar a quitarse la ropa, no la quitaría toda pues se quedaría vistiendo un conjunto de lencería de color negro con resaltados morados.
Rebbeca después se acerco nuevamente a Elizabeth para separar de golpe las rodillas de la pelirroja y empezar a dar lamidas rápidas y frenéticas a su vagina. Elizabeth peleaba por no hacer ni el mas mínimo ruido, sabia que por mas que gritara no pasaría nada.
•°•°•°•°•Hora y media después•°•°•°•°•
Tras una hora y media de eterna tortura que parecía no acabar jamás. Elizabeth yacía sobre el suelo totalmente amordazada, llena de sudor, lágrimas y otros líquidos mientras Rebbeca acomodaba su ropa.
— Por favor...Déjame ir...— sollozo Elizabeth
Rebbeca dió una risa burlona mentras se levantaba y acomodaba su pelo
— Hermosa~ Jamás te dejare~
La chica de pelo gris se levanto y salió de la habitación riéndose, cerró la puerta tras de sí, dejando a Elizabeth ahí llorando desconsoladamente.
Y así fueron los siguientes 3 días. Elizabeth era abusada por Rebbeca al menos 5 veces a lo largo de todo el día. Todo el cuerpo de Elizabeth gritaba de dolor y de cansancio, de sed y de hambre. Sin embargo lo que más le dolía a la pelirroja era que nadie le importaba que ella hubiera sido secuestrada, no tenía a nadie fuera y nadie vendría por ella a rescatarla.
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Stockholm Syndrome
RomantizmElizabeth es una estafadora cuya vida no ya sido la mejor. Su peor error fue haber robado dinero al jefe de una mafia americana. Rebbeca "Silver" Hogan fue mandada a atrapar a Elizabeth y asesinarla. Pero parece que Silver tiene otros planes.