Los colores de tu alma

Amor a primera vista

-Amy- mi nombre se escuchó suavemente salir de su boca

- ¿Si? -

-No es tan malo, ¿cierto? -

-Cierra tus ojos- Le sonreí y tomé sus manos poniendo sus palmas contra las mías-

- ¿Qué haces? - me dijo riendo

-Confía en mi ¿listo? - se escuchó un suspiro y Sam volvió a juntar nuestras manos- ahora solo escucha a tu alrededor, siente esa ligera brisa que pasa cada par de segundos, escucha las hojas de los árboles que hace chocar el viento, y ese tenue olor a pasto mojado, ¿Qué más sientes? - le pregunté

-Yo escucho las manecillas del reloj de mi mano-

-Espera- lo interrumpí- más allá de los sonidos obvios, de todos esos sonidos eternos y constantes. Siente lo que hay a tu alrededor- de nuevo dio un largo suspiro y se acomodó un poco en la banca de madera.

-Escucho el sonido de los pájaros- por fin habló- Y el aroma de tu perfume, es fresco, como las flores de los campos silvestres- Se acercó un poco respirando delicadamente dicho aroma, mientras sus manos se entrelazaban lentamente con las mías- también escucho tu respiración, y el latido de mi corazón- Se acercó un poco más, hasta que pude sentir su respiración cerca de mí- Siento tu respiración- susurró. Su mano se posó en mi mejilla, pasándola suavemente, la punta de nuestras narices se tocó, por un momento todo se quedó quieto, solo Sam y yo.

-Muy bien- me separé de él y me puse de pie- Creo que ya no necesitas de mi ayuda- me giré hacia la entrada y caminé a la sala nuevamente, mis manos estaban algo temblorosas y me dirigí a buscar mi bastón.

-Amy- se escuchó la voz de Sam detrás de mí, su mano tomó de la mía e hizo que girara para quedar en frente de él.

-Amy- se escuchó la voz del señor Robinson, que al parecer estaba caminando hacia nosotros

-¿Sí?- le dije soltándome de la mano de Sam

-¿Qué sucede?- preguntó Robinson acercándose a nosotros

-Nada señor, es solo que no creo ser la persona más adecuada para ayudar a Sam-

-¿Por qué dices eso?-

-Nada, es solo que pensé que podría ayudarlo Sara-

-Amy sabes que eres la única en la casa la mayor parte del tiempo y Sara se va en una semana, no es tiempo suficiente para que Sam aprenda todo-

-Está bien - me resigné y caminé de nuevo a las escaleras para subir mi habitación. Al llegar escuché apresurados pasos subiendo detrás de mí

-¡Hey! - se escuchó la voz de Ana seguido de un abrazo- lo vi todo- dijo emocionada

-Eres una entrometida- tomé una de las almohadas de mi cama y traté de atinarle al lanzarla

-¡Auch!, no sé cómo siempre logras darme- dijo sentándose en la cama

-No pasó nada- ese tono en mi voz cuando no quería hablar se hizo presente

-Claro que pasó, yo diría que fue amor a primera vista-

-Eres muy graciosa- le di un pequeño golpecito en el brazo, me reí y me senté junto de ella

-¿Por qué lo dejaste ahí solo?

-Tu sabes bien-

-Amy, es hora de que dejes entrar un poco de amor en tu vida- Ana me dio un abrazo y por primera vez no pude escuchar otra cosa que la voz de Sam, su respiración, con la sensación de su mano en mi rostro.